Huracán Otis acaba con una familia entera, roca de 50 toneladas aplastó su casa

Bomberos de Zitácuaro, Michoacán, que se sumaron a las labores de rescate tras el impacto del huracán Otis, rescataron los cuerpos de una familia conformada por 5 personas que murieron luego de que un alud de lodo y rocas derribó su vivienda.

Rescatistas informaron que en la calle Juan N. Álvarez de la colonia 20 de noviembre, una roca de aproximadamente 50 toneladas derribó parte de la casa por lo que, tras un análisis estructural, comenzaron a buscar, con ayuda de un binomio canino, a los integrantes de la familia Hernández Galeana que habían sido reportados como desaparecidos.

Después de varias horas de búsqueda lograron recuperar los cuerpos de un hombre de 40 años, dos mujeres de 39 y 21 años, así como a dos menores de 12 y 2 años.

De acuerdo con vecinos la mamá fue hallada abrazando al menor de 2 años, mientras que una de las jóvenes, que el día de la tragedia cumplió 21 años, se encontraba a su lado.

La niña de 12 años tenía un rosario en las manos, por lo que se cree que sus últimos momentos estuvo rezando, el padre de familia se encontraba cuidando de todos ellos.

Por su parte, Odín Ríos tiene 33 años y se dedicaba a rentar sillas, mesas y palapas a la orilla del mar en Barra Vieja; a veces también ofrece paseos en lancha. Cuenta que sobrevivió al huracán Otis abrazado a seis de sus compañeros bajo la barra de un restaurante. 

Dice que vio cómo el aire arrastró a dos turistas que estaban en la playa y no alcanzaron a salir.

“Nos tomó por sorpresa. Empezó con una lloviznita, parecía nomás un ciclón. A veces por eso el cliente no se va, pero a eso de las 12 y media llegó un aire fuerte y se llevó a los dos muchachos”, dijo.

Recuerda que el martes, horas antes de que pegara el huracán, muchos pescadores estaban en el mar. “Ellos cuando ven lluvia se quedan en medio del mar porque las olas no pegan como en la orilla, pero el miércoles fuimos a ver y el agua escupió lanchas, de ahí sacaron personas”, describió.

Se le llenan los ojos de lágrimas cuando se le pregunta sobre la recuperación del puerto; cree que será imposible.

“La pregunta es cuánto tiempo vamos a resistir acá, en lo que esto se convierte otra vez en un lugar turístico, pues no hay agua, no hay comida ni techo. Nos vamos a tener que ir de Acapulco porque lo perdimos todo, hasta la felicidad que nos daba el mar”, dice. 

El Gráfico

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