Una tragedia conmociona a la isla de Pemba, en Tanzania, donde ocho niños y una mujer adulta perdieron la vida, mientras que otras 78 personas fueron hospitalizadas, luego de consumir carne de tortuga.
El médico del distrito de Mkoani, el doctor Haji Bakari, confirmó que la mujer adulta fallecida era madre de uno de los niños, cuyo estado de salud empeoró rápidamente.
Las autoridades locales identificaron la carne de tortuga como el origen del problema, ya que estaba presente en el organismo de todas las víctimas. Aunque considerada un manjar en Zanzíbar, la carne de tortuga es peligrosa y, periódicamente, causa muertes debido al quelonitoxicismo, una forma de intoxicación alimentaria.
El quelonitoxicismo se produce cuando el animal consumido está infectado por un alga tóxica contaminada con quelonitoxinas, un tipo de toxinas presentes en la piel de las tortugas.
Este incidente pone de relieve los riesgos asociados con el consumo de carne de tortuga y destaca la necesidad de educar a la población sobre los peligros potenciales de esta práctica alimentaria tradicional.
