El gobierno del Reino Unido ha anunciado un plan para ofrecer a migrantes irregulares la opción de partir voluntariamente hacia Ruanda, con un incentivo económico que podría llegar hasta las 3.000 libras esterlinas (aproximadamente 3.840 dólares). Esta medida se presenta en un contexto político marcado por las próximas elecciones legislativas, en las cuales el partido laborista se perfila como favorito en los sondeos.
El proyecto, que busca expulsar a los inmigrantes que llegaron de manera irregular, ha sido objeto de controversia y condena por parte de diversos sectores, incluida la Organización de Naciones Unidas (ONU). A pesar de enfrentar obstáculos legales y oposición en el Parlamento, el gobierno británico ha expresado su urgencia por implementar esta medida.
El Ministerio del Interior ha confirmado que están considerando la posibilidad de enviar voluntariamente a Ruanda a aquellos migrantes que no tienen derecho a permanecer en el Reino Unido. Según el acuerdo propuesto, Ruanda estaría dispuesta a acoger a estas personas y proporcionarles apoyo durante un período de hasta cinco años, especialmente en temas relacionados con la vivienda.
Sin embargo, la propuesta ha generado críticas tanto dentro como fuera del Reino Unido. Algunos miembros de la oposición han cuestionado la viabilidad del proyecto, mientras que grupos de derechos humanos han expresado preocupaciones sobre la seguridad y las condiciones en Ruanda bajo el liderazgo del presidente Paul Kagame.
A pesar de las tensiones y las incertidumbres, el gobierno británico insiste en que Ruanda es un país seguro para los migrantes que deseen reconstruir sus vidas fuera del Reino Unido.
