La comunidad cinematográfica lamenta la pérdida de una de sus figuras más destacadas, la cineasta mexicana Lourdes Portillo, quien falleció el domingo a los 80 años en su residencia de San Francisco, California. Reconocida por su prolífica carrera en el documental, Portillo deja un legado invaluable en la industria cinematográfica.
Nacida en Chihuahua, México, en 1944, Lourdes Portillo vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos, donde destacó por su trabajo comprometido con la exploración de aspectos sociales y políticos de Latinoamérica, especialmente de mexicanos y chicanos. A lo largo de su carrera, dirigió más de 20 filmes y vídeos, abarcando desde documentales hasta montajes experimentales.
Uno de los hitos en la carrera de Portillo fue su colaboración con Susana Muñoz en el documental “Las madres de la Plaza de Mayo”, preseleccionado para los premios Óscar. Esta obra, considerada como la primera crónica documental de la lucha por la justicia de las madres de los desaparecidos durante la dictadura argentina, refleja el compromiso de Portillo con la denuncia y la memoria histórica.
Portillo se dedicó a informar, promover y propagar el diálogo sobre los asuntos y la identidad latina en América. Su obra ha sido proyectada en festivales y salas de cine alrededor del mundo, obteniendo reconocimiento internacional y más de 30 premios a lo largo de su carrera.
Entre sus documentales más destacados se encuentran “Día de Todos los Santos”, “Columbus on Trial”, “El diablo nunca muere” y “Señorita Extraviada”, obras que abordan temáticas profundas y relevantes para la sociedad contemporánea.
Con su partida, Lourdes Portillo deja un legado imborrable en el cine latinoamericano y una huella perdurable en la conciencia social y política de la región. Su voz y su visión seguirán inspirando a futuras generaciones de cineastas y activistas.
