María Elena, una residente de Soledad de Graciano Sánchez, ha estado recolectando agua de lluvia durante años para cuidar su jardín, especialmente en tiempos de sequía. En el último año, perdió varios árboles y plantas debido a la falta de agua, lo que la llevó a redoblar sus esfuerzos para capturar la escasa lluvia que cae en su área.
Durante la última lluvia, María Elena preparó todos sus recipientes, desde tambores hasta cazuelas de la cocina, para recolectar el agua. Aunque la cantidad de lluvia fue limitada y de menor calidad en comparación con años anteriores, ella valora cada gota como una bendición para salvar sus plantas restantes.
Su dedicación a recolectar y conservar el agua de lluvia no solo refleja su compromiso con su jardín, sino también la realidad de muchas comunidades que enfrentan problemas de abastecimiento de agua. En un país donde millones de personas carecen de servicios básicos de agua y saneamiento, la cosecha de agua podría ser una solución importante, aunque poco reconocida.
María Elena espera que sus plantas se beneficien con el agua capturada, ya que cree firmemente en los nutrientes naturales que proporciona la lluvia. Aunque el agua recolectada solo durará unos meses, para ella representa una oportunidad invaluable para preservar la belleza de su jardín y mantener viva su conexión con la naturaleza.