Antonio González López
Sonriente y a mano alzada, Sara Rocha Medina y la delegación del priismo potosino, avalaron modificaciones estatutarias que permitirán la reelección de su dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas.
El 7 de julio, en el Auditorio Pepsi de la Ciudad de México, el Revolucionario Institucional celebró a puerta cerrada la 24 Asamblea Nacional, en la que se definió como medida necesaria la reelección de dirigentes a nivel nacional, estatal y municipal.
Eso explica la felicidad de Sara Rocha.
Dentro de unos meses, la lideresa podrá buscar su elección consecutiva al frente del tricolor para extender su período hasta 2028 y de así desearlo, podría mantenerse en el cargo hasta el año 2032.
Feliz, feliz, feliz la dirigente priista electa en un controversial proceso para concluir el período 2020-2024 que dejo vacante Elías Pesina Rodríguez.
Concluida la asamblea, la ex diputada federal publicó en sus redes sociales la imagen en la que se le ve levantando la mano en favor de la reelección que, a decir de los priistas “es una medida necesaria e importante para la modernización y fortalecimiento del partido”.
A la elección consecutiva de sus dirigencias, los revolucionarios así autonombrados, la justificaron por ser “un mecanismo necesario que promueve la profesionalización, la mejora continua, y la culminación de programas y proyectos”.
Las imágenes compartidas por Rocha Medina, muestran a los priistas potosinos y exultantes por la emoción a lado de “Alito” a quien sus críticos ya bautizaron como “Dictador” y “sepulturero”.
Días antes de la Asamblea, 250 priistas emitieron un manifiesto público para exigir la renuncia de Moreno y advertían que estaban por alterarse los estatutos para perpetuar al grupo de “Alito” en el control del partido en el país.
Una veintena de ex gobernadores firmaron el documento en el que no aparecían dos ex mandatarios potosinos: ni Juan Manuel Carreras López ni Fernando Toranzo Fernández apoyaron la demanda de renuncia del dirigente nacional.
De hecho, ningún priista potosino firmó el documento. En pleno desplome electoral, los 3 mil 200 delegados a la Asamblea decidieron que la reelección de sus dirigencias es el único antídoto para impedir su extinción.
En San Luis, habrá entonces Sara Rocha para rato.