KAMALA Y CLAUDIA. ¿TELÉFONO DESCOMPUESTO?

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

EL RADAR
Por Jesús Aguilar

El panorama político en Estados Unidos ha experimentado cambios drásticos en las últimas semanas, especialmente tras el anuncio de que Joe Biden no buscará la reelección, dejando a Kamala Harris como la principal candidata demócrata. Este cambio ha impactado significativamente las preferencias electorales, reflejado en las recientes encuestas de los llamados “estados columpio”, que son cruciales para determinar el resultado en el Colegio Electoral.
Las encuestas realizadas por Bloomberg News y Morning Consult en siete de estos estados indican que Harris ha superado a Trump por un margen de un punto, marcando un cambio en la dinámica electoral. En particular, Harris tiene una ventaja notable de 11 puntos en Michigan, y también lidera en Arizona, Nevada y Wisconsin, mientras que Georgia se encuentra empatado. Por otro lado, Trump solo mantiene ventaja en Carolina del Norte y Pennsylvania.
Este repunte para los demócratas se podría atribuir al “efecto luna de miel”, una tendencia de aumento en el apoyo tras la presentación de un nuevo candidato. No obstante, también se observa un cambio en las preferencias de votantes clave, como los negros, hispanos, mujeres y jóvenes. El desafío para Harris será mantener este impulso a medida que avance la campaña.
En cuanto a la estrategia de Trump, se ha enfocado en descalificaciones, las cuales podrían consolidar su base de seguidores pero arriesgarse a perder el apoyo de los votantes independientes. Un aspecto crucial para Harris será la elección de su compañero de fórmula, con Pete Buttigieg, Josh Shapiro y Mark Kelly como posibles candidatos.
Además de las dinámicas internas, la elección tiene implicaciones significativas para la relación bilateral con México. La política migratoria y el reciente arresto del capo del narcotráfico Ismael “Mayo” Zambada, junto con el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, han tensado aún más las relaciones. Una victoria demócrata podría implicar un enfoque más estricto en la revisión del T-MEC y una postura más dura en cuestiones de seguridad y migración.
Las referencias agresivas que realizó Donald Trump en la convención anual de periodistas de raza negra, en la que fue cuestionado seriamente sobre la forma de referirse, abiertamente racista, sobre diferentes personajes de este potente sector en los Estados Unidos, además de que, con falsedades, Kamala había “engañado” a los votantes sobre su raza implicaron un verdadero disparo en el pie del candidato republicano que no solamente tiene en la mezcla de minorías un contrapeso natural y una condición cuesta arriba que representa una bomba de tiempo además por la inminente convocatoria a participar en las elecciones de noviembre de una generación jóven que hasta antes de la dimisión de Biden había renunciado a participar y que ve en Harris una oferta mucho más cercana.
La campaña electoral se intensificará en los próximos meses, con la expectativa de debates cruciales, y todo indica que la contienda será una competencia reñida e impredecible. El desenlace tendrá un impacto no solo en Estados Unidos, sino también en las relaciones internacionales y, particularmente, en las relaciones con México.
Claudia, pase lo que pase, tendría que analizar sin ambajes, la posición que frente al mundo y a la nueva Casablanca tendrá, ninguno de los caminos le brindan necesariamente un bálsamo a las relaciones tirantes que se mantienen, AMLO ya fue sacrificado por Trump en su estrategia electoral, pero la realidad del tema migratorio y del verdadero (omiso en la administración cuatroteísta) ya lo pusieron en la picota también con los demócratas. El caso Mayo Zambada pinchó la llanta de refacción de su transición.

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