El Teatro Alarcón, un emblemático recinto de artes escénicas en San Luis Potosí, ha sido un símbolo de resiliencia a lo largo de su historia. Extrañamente carente de vestíbulo, el teatro fue parte de un ambicioso proyecto que incluía también un obelisco, destinado a honrar a Miguel Barragán, un destacado potosino y presidente de México. Sin embargo, el teatro lleva el nombre de Juan Ruiz de Alarcón, literato novohispano del Siglo de Oro de la literatura mexicana.
En una reciente entrevista con El Sol de San Luis, Fernando Chavira López, estudioso de la historia potosina, ofreció una perspectiva sobre el teatro, destacando su importancia como uno de los primeros teatros construidos con materiales perennes en el México Independiente. La construcción del teatro se llevó a cabo entre 1825 y 1827, bajo la dirección del renombrado arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras.
Tresguerras no solo diseñó el Teatro Alarcón, sino también un obelisco en la plaza mayor para conmemorar la batalla de San Juan de Ulúa, en la que el general potosino Miguel Barragán tuvo un papel destacado. Además, Tresguerras realizó un retablo neoclásico en el templo del Carmen, una acción criticada por el historiador Francisco de la Maza debido a la destrucción de un retablo barroco.
El teatro sufrió un incendio en 1900 y fue restaurado varios años después gracias al interés del empresario y hacendado Pedro Barrenechea. En la actualidad, el teatro es propiedad del Sindicato de los Trabajadores Mineros y Metalúrgicos. Durante el gobierno de Juan Manuel Carreras López, se intentó adquirir el teatro, pero la oferta estatal fue considerada insuficiente, impidiendo la transacción.
Recientemente, se supo que el teatro fue ofrecido en venta al municipio por 150 millones de pesos durante el pasado proceso electoral en mayo. El teatro sigue siendo un testimonio del patrimonio histórico y cultural de San Luis Potosí, esperando un resurgimiento que le permita recuperar su antigua gloria.
