Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha revelado una estadística alarmante: el 20.4% de los jóvenes de entre 15 y 24 años en todo el mundo no estudia ni trabaja. Este grupo, comúnmente conocido como “ninis”, está compuesto por jóvenes que no están inscritos en ningún tipo de formación educativa ni tienen empleo, una situación que genera gran preocupación a nivel global.
El informe titulado “Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024 (GET for Youth)” destaca que, a pesar de una reducción en la tasa de desempleo juvenil, un número significativo de jóvenes sigue fuera del sistema educativo y laboral, con las mujeres siendo las más afectadas. En promedio, dos de cada tres “ninis” son mujeres, lo que pone de manifiesto una preocupante brecha de género en este ámbito.
La OIT subraya que, aunque las tasas de desempleo juvenil han bajado globalmente al 13% en 2023, esta tendencia positiva no se ha reflejado de manera uniforme en todas las regiones del mundo. En particular, áreas como los Estados Árabes, Asia Oriental y el Pacífico han experimentado índices de desempleo juvenil superiores a los niveles previos a la pandemia.
Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, ha enfatizado la importancia del trabajo digno para la estabilidad social y la inclusión, alertando que la persistencia de altos niveles de “ninis” y la falta de empleos decentes están generando una creciente ansiedad entre los jóvenes. A pesar de ser la generación más formada de la historia, la falta de oportunidades laborales está afectando su bienestar y su capacidad para construir un futuro estable.
El informe también pone en relieve la precariedad laboral de aquellos jóvenes que sí están empleados, con la mitad de ellos trabajando en el sector informal, lo que limita su acceso a derechos y protección social. Además, se destaca la necesidad urgente de reducir el desajuste entre las habilidades que se enseñan en las escuelas y las que demanda el mercado laboral, especialmente en competencias digitales y ecológicas.
La OIT ha hecho un llamado a los gobiernos y a la comunidad internacional para implementar estrategias efectivas que mejoren la empleabilidad de los jóvenes, incluidas políticas que faciliten la transición de la escuela al trabajo, fomenten el espíritu empresarial y garanticen derechos laborales basados en normas internacionales. Solo a través de un enfoque integral y coordinado se podrá ofrecer un futuro más prometedor y estable para la juventud global.
La situación es especialmente preocupante en economías de renta baja, donde tres de cada cuatro jóvenes trabajadores solo pueden acceder a empleos por cuenta propia o trabajos temporales, lo que perpetúa un ciclo de inestabilidad económica y social. Por ello, es crucial que se incrementen las inversiones en políticas de integración de empleo juvenil continuo, con un enfoque particular en las mujeres jóvenes, para cerrar la brecha de género y garantizar igualdad de oportunidades para todos los jóvenes.
