Sombras en el ocaso de AMLO

DESTACADOS, OPINIÓN

Por Jesús Aguilar
AMLO se va con un falso triunfalismo, maneras incomprensibles de justificar el manoseo sin escrúpulos que hizo del país y de sus instituciones y la brutal forma de construir un nuevo modelo de nación solo adecuado a sus intereses.
Sus hoy continuadores, súbditos inefables del mezquino olvido de principios y de dichos son parte de una interminable lista de entreguistas post Obradoristas que serán muy vulnerables sin la estela diaria de litigar desde la mañanera sin su empuje y carisma.

El gobierno que acaba del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido criticado por su enfoque en la seguridad nacional, específicamente por la militarización del país consumada apenas hace unas horas. Y justo a razón de eso encontramos varios sendos ejemplos del contraste entre sus posturas actuales con sus declaraciones anteriores, en las que se oponía él y su camarilla, de manera firme y categorica a la militarización, incluso abogando por una estrategia que fortaleciera las instituciones civiles.
Ocurrió todo lo contrario.

La oposición sostiene que el gobierno de López Obrador ha implementado una militarización permanente, otorgando facultades policiales a las Fuerzas Armadas y atribuciones del Ministerio Público.
Esto ha generado preocupación sobre la violación de derechos humanos, ya que los ciudadanos pueden ser investigados por soldados y marinos, con el derecho de amparo mutilado.
La sombra de una potencial dictadura torna con esto la ansiedad nacional en un síntoma en estado crítico. Algunos opositores argumentan que esta estrategia es una forma de dictadura, construida en nombre de la paz y del “humanismo mexicano”, otros más agudos de plano hablan de un nuevo maximato.
Para instruir la memoria y ejercitar la inconsciente amnesia selectiva de AMLO y sus principales porristas en el tema, hacemos un recuerdo de lo que llegaron a decir antes de que las órdenes dictadas por el Tlatoani surtieran un milagroso efecto:

  • López Obrador (2008): “No podemos convertir el país en un cuartel y hacer que los problemas de seguridad sean tratados con armas.”
  • Mario Delgado (2017): “Es un error histórico legalizar la militarización del país a través de la Ley de Seguridad Interior.”
  • Gerardo Fernández Noroña (2010): “La estrategia de Calderón es un fracaso rotundo.”
  • Adán Augusto López (2017): “La Ley de Seguridad Interior perpetúa una estrategia fallida.”
  • Olga Sánchez Cordero (2017): “La militarización del país y la Ley de Seguridad Interior ponen en riesgo el Estado de derecho y los derechos humanos en México.”

Estas declaraciones destacan la contradicción entre las promesas de campaña y las acciones tomadas por el gobierno de López Obrador en materia de seguridad. La oposición sostiene que el gobierno ha implementado una estrategia que va en contra de los principios democráticos y los derechos humanos.
Hoy la pelota va lentamente al terreno de Claudia que embozada aún en un Obradorismo rapaz tendrá a partir del martes la ardua tarea de tomar el volante del país y cerciorarse de que no se termine de desbarrancarse, al cabo que sus compás cuatroteístas han hecho doctorado en eso…

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