Julio César Chávez salió enérgicamente en defensa de su hijo, Omar Chávez, luego de que este fuera criticado por no cumplir con el peso acordado para su pelea contra Misael Rodríguez. En una intensa declaración, el legendario boxeador afirmó: “¡Omar no cometió ningún delito!” y criticó a la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México por la situación que se desarrolló antes del combate en Pachuca, Hidalgo.
El desacuerdo surgió cuando Misael Rodríguez y su equipo se negaron a subir al ring tras un segundo pesaje, argumentando que Omar había sobrepasado el peso pactado. Chávez padre expresó su frustración, diciendo: “Me parece una tontería que la Comisión nos imponga una rehidratación de cuatro kilos y medio. Omar dio el peso de 168 libras un día antes, al igual que Misael”.
La polémica radica en la falta de una cláusula que permitiera un segundo pesaje. “Robert García (entrenador de Misael) y la Comisión decían que Omar pesaba 90 kilos. Les respondí que, si pesaba 90 o 100, no debería ser problema, ya que ya se había pesado previamente”, explicó Chávez.
Finalmente, Omar se sometió a un segundo pesaje y, a pesar de que pesó 82.40 kg con toda su ropa, el equipo de Rodríguez se retiró del combate. “El representante de la comisión incluso me dio un abrazo tras el pesaje, y le pedí disculpas a Robert por los incidentes. Sin embargo, ellos se negaron a pelear, alegando que Omar pesaba 86 kg”, añadió Chávez.
Por su parte, el comisionado Rodolfo Rosales aclaró que Misael Rodríguez hizo valer la regla de pesaje en arena, ya que su rival había excedido los 81 kg permitidos. Rosales explicó que, cuando finalmente Omar se dejó pesar, con todo su equipo puesto, marcó 86.7 kg. La controversia dejó un sabor amargo en el evento, que culminó sin la esperada pelea.
