Tras el apagón nacional que afectó a toda Cuba la semana pasada, la Unión Eléctrica (UNE) informó que más del 70% de los clientes ya han recuperado el servicio eléctrico, aunque de manera desigual en distintas regiones del país. A pesar de la recuperación parcial, el suministro no es constante y los cortes eléctricos continúan afectando a la población.
Dos subsistemas han sido implementados para restaurar la electricidad: uno en el tercio oeste del país, que ha alcanzado zonas como Pinar del Río, aunque de manera limitada; y otro subsistema en el este, donde se intenta conectar áreas como Santiago de Cuba. Sin embargo, las desigualdades en la cobertura son evidentes. Mientras que en La Habana el servicio está completamente restablecido, en Santiago de Cuba solo el 9% de los usuarios tienen electricidad y en Holguín apenas un 4.5%.
El director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas, Lázaro Guerra, advirtió que, aunque la conexión se ha restablecido en gran parte del país, el suministro no es estable debido a la limitada capacidad de generación. Esto significa que los apagones seguirán, ya que no se puede cubrir toda la demanda de energía.
Una crisis energética prolongada
Cuba enfrenta una crisis energética agravada en los últimos años por la falta de combustibles y el mal estado de sus plantas termoeléctricas, que ya tienen más de 40 años de operación y carecen de inversiones. La reciente avería en la central Antonio Guiteras, una de las más importantes del país, fue la que descompensó el Sistema Eléctrico Nacional y provocó el apagón total.
Este panorama energético no solo afecta la vida cotidiana, sino también la economía del país, que sufrió una contracción del 1.9% en 2023, quedando por debajo de los niveles de 2019. Los constantes apagones aumentan el descontento social en una sociedad ya afectada por la crisis económica.
