De leyenda a inmortal: el vacío que deja Fernando Valenzuela en el deporte

DEPORTES, DESTACADOS, SCORE

El fallecimiento de Fernando ‘Toro’ Valenzuela ha dejado un vacío profundo en el deporte mexicano. Este icónico lanzador, venerado como una estrella y capaz de detener al país entero cada vez que jugaba, marcó una era en la historia del béisbol. Nacido en Etchohuaquila, Sonora, en noviembre de 1960, firmó con los Dodgers a los 19 años, y en 1981, con apenas un año de experiencia en las Grandes Ligas, se convirtió en leyenda tras llevar a su equipo a la victoria en la Serie Mundial contra los Yanquis.

Con su inolvidable estilo de juego, Valenzuela combinó un letal tirabuzón con una recta poderosa y una curva venenosa, catapultándose al éxito. Ese mismo año, recibió los premios de Novato del Año y el prestigioso “Cy Young” al mejor lanzador de la temporada. Fue en esa etapa cuando nació la “Fernandomanía”, un fenómeno masivo que cruzó fronteras y desató una fiebre por el béisbol en México. Millones se paralizaban para verlo lanzar, con esa característica mirada al cielo antes de cada lanzamiento.

El Toro no solo brilló en esa inolvidable Serie Mundial, sino que protagonizó múltiples hazañas a lo largo de su carrera. Una de las más destacadas ocurrió el 29 de junio de 1990, cuando lanzó un juego perfecto, sin permitir hit ni carrera, frente a los Cardenales de San Luis. En ese partido, acumuló siete ponches y consolidó aún más su legado como uno de los más grandes.

En sus 17 temporadas en las Grandes Ligas, Valenzuela ganó 173 juegos, con 153 derrotas y un promedio de 3.54 en carreras limpias por juego. Propinó un impresionante total de 2,074 ponches, lo que reafirma su dominio en el montículo. Aquellos fueron los tiempos dorados del béisbol, donde el juego se distinguía por su creatividad, robos de base y jugadas estratégicas, muy alejadas de las modernas estadísticas que, según algunos, han robotizado el deporte.

Comparar las proezas de Valenzuela es posible solo con otros dos titanes del deporte mexicano: Hugo Sánchez, máximo goleador con cinco trofeos Pichichi en el fútbol español, y Julio César Chávez, quien fue campeón mundial en tres divisiones y mantuvo una impresionante racha de 87 peleas invictas. Estos tres gigantes del deporte, nacidos con apenas cuatro años de diferencia, llevaron a México al escenario deportivo mundial, compartiendo una amistad que trascendió las rivalidades.

El legado de Fernando Valenzuela no se desvanecerá. Este próximo viernes, curiosamente, los Dodgers se enfrentarán de nuevo a los Yanquis en la Serie Mundial, creando una sensación entre los aficionados de que su héroe sigue presente. Como en los viejos tiempos, muchos querrán verlo mirando a las estrellas, justo antes de lanzar.

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp