Los familiares de Lyle y Erik Menéndez, quienes están encarcelados en Estados Unidos por el asesinato de sus padres en 1989, han solicitado su liberación en medio del renovado interés por su historia, impulsado por la serie de Netflix “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”. Este drama ha reavivado el debate sobre el caso que capturó la atención mundial en los años 90, cuando los hermanos fueron juzgados por el asesinato de su padre, el magnate musical José Menéndez, y su madre, Kitty.
En 1996, Lyle y Erik fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional tras haber declarado que mataron a sus padres en un intento por escapar de los abusos sexuales que habían sufrido a manos de su padre. Joan VanderMolen, tía de los hermanos, hizo hincapié en que sus acciones, aunque trágicas, fueron el resultado de un sufrimiento extremo. “Lyle y Erik ya han pagado un precio muy alto, desechados por un sistema que no supo reconocer su dolor”, expresó en una conferencia de prensa con la presencia de otros familiares.
El juicio original, que se inició en 1993, se convirtió en uno de los primeros casos de asesinato ampliamente transmitidos por televisión. A pesar de la condena, el caso ha sido objeto de nuevo escrutinio, especialmente después de que los abogados de los hermanos presentaran pruebas que indican un patrón de abuso por parte de José Menéndez. Entre estas pruebas se incluye una carta escrita por Erik a una prima.
La fiscalía ha reconocido que ha habido una evolución en la comprensión de la violencia sexual desde que se llevó a cabo el juicio original y han señalado que están revisando el caso bajo esta nueva luz. El fiscal del distrito de Los Ángeles, George Gascon, ha manifestado su compromiso de revisar el proceso judicial, considerando que es un asunto de obligación moral y ética.
Una audiencia sobre el caso está programada para el 29 de noviembre, lo que podría marcar un cambio significativo en la situación legal de los hermanos Menéndez.