El Radar
Por Jesús Aguilar
7 u 8 ministros de la corte, el bloque mayoritario, no alineado con la 4T renunciarán en breve con efectos al 31 de agosto del 2025. No participarán en la elección que se viene pero votarán invalidar parte de la Reforma Judicial.
Versiones periodísticas hoy indican que ya había negociación desde hace un mes con el coordinador senatorial Adán Augusto López.
Todo huele a una salida política, los ministros del bloque de contención, (la mayoría) se van con la espalda manchada por el conflicto pero con la frente en alto y sin dejar que se destruya el sistema judicial por las ocurrencias de la 4T.
La propuesta del ministro González Alcántara alienta las cosas a otro rumbo, las elecciones de ministros de la corte se mantendrían así como las de los magistrados del tribunal electoral del poder judicial, los jueces, magistrados y jueces de distrito quedaríán fuera de las urnas.
En conjunto es lo único que queda de cordura en un país rebasado por la venganza y la imposición.
Es el primer acto patriótico real que busca una salida distinta a la crisis que ya se vive.
La ciudadanía mexicana despertó ante el abuso impositivo del oficialismo y se desató una crisis post electoral sin parangón en el país.
El último clavo al ataúd lo quisieron dar con la mentada ley de la supremacía constitucional, una aberración a los derechos humanos mexicanos y la intención maligna de derrumbar la última barricada, que era la promoción de un amparo o de una acción de inconstitucionalidad.
El contexto actual en México, en torno a la reforma judicial y el proceso de elección de juzgadores, refleja una etapa de gran tensión institucional y una posible crisis de independencia en el Poder Judicial. Hoy está a prueba la capacidad de resistencia del sistema judicial frente a lo que se percibe como una intervención directa del oficialismo en el funcionamiento y autonomía de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La reacción del senador Gerardo Fernández Noroña, afirmando que los ministros no han renunciado sino que únicamente declinan participar en el proceso de elección de jueces, resalta el grado de polarización en torno al tema.
Esta declaración intenta desvirtuar la percepción de una renuncia como un acto de protesta y lo enmarca como una decisión administrativa o procedimental. Sin embargo, las implicaciones de esta “declinación” tienen un peso simbólico y político significativo, ya que refuerzan la percepción de que el Poder Judicial está sometido a presiones para alinearse con los intereses del oficialismo.
En sus primeras reacciones sobre el tema esta mañana Claudia Sheinbaum atizó en la narrativa heredada contra los ministros “enemigos” pero al final afirma que se debe esperar a conocer el resultado de la votación que se dará en la Corte al respecto.
La decisión de los ministros de no participar en el proceso de elección es un acto de resistencia ante una reforma que, según muchos críticos, erosiona la autonomía del Poder Judicial y podría consolidar un control excesivo del oficialismo sobre el sistema de justicia en México. La semana que viene será crucial para definir el rumbo de la reforma y su impacto en el equilibrio de poderes en el país.
Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortíz para quedarse en este contexto sí tendrían que demostrar que su modelo y concepción de justicia es el que un México dividido y urgido de resultado en el tema implican, y ahí la silenciosa mayoria, inmediatamanete, en junio del 2025 podría decirles una vez más que no.
¿YA PACTARON LA SALIDA?
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