Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosr.
A nivel nacional el mensaje es claro, el poder nacional que lidera Claudia Sheinbaum y el gobernador Ricardo Gallardo no se llevan nada bien. Los desplantes en eventos públicos, la falta de interés a nivel mediático y, sobre todo, la reforma antinepotismo que se originó muy cerca de la SEGOB, son elementos válidos para deducir esto.
Sin embargo, más allá de estos sucesos que dejan algo (aunque poco) a la interpretación, a nivel local ya se han empezado también a calentar los ánimos.
Rita Ozalia Rodríguez, lideresa estatal de Morena y hermana de la segunda funcionaria pública más poderosa del país, ya amenazó con que su partido competirá solo en las elecciones de 2027, pues afirmó que la asociación electoral con el Partido Verde “nomás no funcionó”, incluso, acusó que esta fue la causante de que a nivel federal a la alianza le falte una posición en el Senado.
Ante esta situación, vale la pena cuestionarse sobre los esfuerzos de Morena para consolidar su proyecto en nuestro estado. Lo que hasta ahora parecía quedarse en palabras comienza a tomar forma. Luisa María Alcalde, coordinadora nacional del partido, ya anunció su visita a San Luis Potosí para iniciar la reestructuración interna de cara a la próxima elección local, lo cual naturalmente invita a pensar en los nombres que podrían surgir.
Y es que con Morena ocurre algo curioso, pues si bien es cierto que poseen un poder absoluto a nivel nacional, en el estado están un tanto desdibujados, y me parece que son conscientes de que tienen e que empezar a trabajar desde ya si quieren levantar la mano de la próxima gobernadora o gobernador de nuestro estado.
Sin duda, quien parte de una posición más cómoda, no solo como prospecto interno sino también como posible ganadora de la elección, es la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. La anterior titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal tiene a su cargo la segunda cartera más importante del país y podría ganar una elección con facilidad. Irónicamente, es este mismo factor lo que hace incierta su candidatura.
Me explico: si Rosa Icela aceptara una candidatura en nuestro estado, daría un importante retroceso a su carrera política. La oficina que hoy dirige suele catapultar a sus titulares, si acaso, a la presidencia de la República.
El caso contrario sería el de su hermana, Rita Ozalia Rodríguez, cuya única credencial para aspirar a la gubernatura es precisamente su apellido, ya que, en cuanto a trayectoria y experiencia, solo cuenta con coordinaciones internas del partido. Esto le exige una mayor presencia en el conocimiento público, en la cual ya está trabajando, tanto en lo físico como en lo digital.
Por otro lado, Gerardo Sánchez Zumaya, gracias a sus propios esfuerzos, ha logrado que quienes prestan atención al tema tengan que mencionar su nombre, aunque la dirigencia estatal rara vez lo reconozca. Su filiación morenista se debe a una amistad de años con los hijos del expresidente López Obrador, además de contar con una capacidad económica grandísima, que puede o no ser producto de esa misma amistad.
Es cierto que, desde que cruzó por su mente el objetivo de ser gobernador del estado, ha comenzado, literalmente, a “comprar” legitimidad y relevancia a través de eventos altruistas y algunos empresariales, además de ser el único que por motivos personales, señala y denuncia directamente las ineficiencias del gobierno de RGC.
Falta aún mucho tiempo y puede pasar de todo. No obstante, es claro que desde ya deben comenzar las gestiones internas si se pretende generar un proyecto serio de aquí a tres años. Que tendrá como banderazo de salida será la visita de Alcalde Luján, de quien, en buena medida, dependerá la asignación de género para las candidaturas en cada estado.
Está urgencia, de ir sentando al menos las bases de un potencial proyecto competitivo surgen pues su situación en San Luis Potosí, actualmente hay un único beneficiario claro de esta disputa local entre los partidos que hoy se presumen de oficialistas, que es Enrique Galindo Ceballos.
Hasta el próximo martes.