Usuarios del sistema de transporte público en la zona metropolitana han expresado su descontento por los cobros adicionales que están enfrentando al utilizar la tarjeta Urban Pass, un sistema implementado para facilitar el pago en el transporte colectivo. A través de El Sol de San Luis, el señor Ezequiel Guerrero, un usuario afectado, relató que ha sido víctima de comisiones inesperadas al recargar su tarjeta, lo que ha incrementado el costo de su traslado diario.
Guerrero explicó que la tarifa de recarga en el módulo de la central de transferencia ahora incluye una comisión de tres pesos por cada 100 pesos añadidos, cobro que comenzó recientemente y sin previo aviso. A esto se le suma el alto costo inicial de la tarjeta, que alcanza los 70 pesos, mientras que en otras ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, el precio de una tarjeta de transporte similar no supera los 20 pesos. Esta diferencia en los costos ha generado gran inconformidad entre los usuarios locales, quienes consideran que el sistema es innecesariamente caro en comparación con otras urbes.
Otro problema que los usuarios enfrentan es la dificultad para presentar quejas y reclamos ante el sistema de transporte. Guerrero comentó que, aunque existe un número de atención para quejas, este no parece estar activo, impidiendo a los usuarios reportar problemas como el mal servicio y el maltrato de parte de algunos conductores, quienes, según su denuncia, no respetan el tiempo de espera necesario en las paradas, afectando a personas mayores que requieren más tiempo para subir o bajar del transporte.
Desde octubre, el nuevo cobro de hasta siete pesos por recarga en la plataforma de Urban Pass se ha implementado sin una comunicación previa a los usuarios, lo cual ha sorprendido y molestado a muchos. Sumado a esto, existen cinco tipos de tarjetas Urban Pass, cada una destinada a un grupo específico, incluyendo estudiantes, personas con discapacidad, adultos mayores y jubilados, quienes reciben un descuento del 50% en el costo del transporte. La tarjeta ordinaria, destinada al público general, es la que ha sido más criticada por estos cobros imprevistos y elevados.
La situación de estos cobros irregulares y la falta de respuesta efectiva por parte del sistema de transporte han hecho que los usuarios cuestionen cada vez más la gestión y costos adicionales que se les están imponiendo sin una justificación clara.