Un alarmante incidente ocurrió en la escuela secundaria San Luis Gonzaga, en la provincia de Piura, Perú, cuando un estudiante de tercero de secundaria intentó evitar que sus padres conocieran sus bajas calificaciones drogando a su maestra de inglés con un pastel adulterado con siete pastillas de diazepam.
El joven, desesperado por asistir a una fiesta de Halloween sin enfrentar represalias por su desempeño escolar, preparó un plan para adormecer a su profesora y retrasar la entrega de reportes escolares. Según informes, el adolescente trituró las pastillas y las mezcló en un pastel que entregó a la docente, quien lo consumió confiada en el gesto de su alumno.
Momentos después de ingerir el pastel, la maestra perdió el conocimiento, causando alarma entre estudiantes y personal docente. Gracias a la rápida reacción de sus compañeros, fue trasladada de inmediato al Hospital Santa Rosa de San Felipe, donde recibió atención de emergencia.
Los médicos que la atendieron señalaron que la dosis de diazepam utilizada podría haber provocado una sobredosis fatal. Afortunadamente, tras un lavado gástrico y tres días de reposo, la profesora se recuperó y fue dada de alta.
El joven aceptó su responsabilidad en el acto y fue expulsado de la institución educativa. Sin embargo, días después, otros estudiantes reportaron haber recibido amenazas por parte del adolescente, quien supuestamente buscaba vengarse de quienes lo denunciaron.
Ante esta situación, el personal docente solicitó apoyo de las autoridades locales para garantizar la seguridad de la comunidad escolar.
Este incidente subraya la importancia de abordar la presión académica y las consecuencias emocionales que enfrentan los estudiantes. Las autoridades educativas y familiares tienen un papel clave en la prevención de situaciones extremas como esta, fomentando la comunicación y el apoyo emocional en lugar de castigos severos.
