Un nuevo ataque ruso con misiles y drones contra infraestructuras energéticas de Ucrania ha dejado a más de un millón de personas sin electricidad. Este es el 11° ataque de este tipo desde el inicio de la invasión en 2022.
De acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania, el ejército ruso lanzó 91 misiles y 97 drones, de los cuales 79 misiles y 35 drones fueron interceptados. Las autoridades informaron que todos los misiles dirigidos a Kiev fueron derribados con éxito.
Rusia ha intensificado estos ataques, especialmente antes de la llegada del invierno, centrando sus esfuerzos en la red energética ucraniana. Aunque el Kremlin argumenta que los bombardeos son una represalia por los misiles ATACMS lanzados por Estados Unidos contra territorio ruso, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha acusado a Moscú de utilizar bombas de racimo contra infraestructuras vitales.
El ataque afectó a nueve regiones de Ucrania, provocando apagones generalizados. Serguii Kovalenko, responsable de la empresa de suministro eléctrico Yasno, destacó que el daño a las infraestructuras energéticas ha sido significativo, con pérdidas cercanas a la mitad de la capacidad de generación del país desde el inicio de la guerra. Estos ataques refuerzan el temor de que los cortes de electricidad se prolonguen durante los duros meses de invierno.
Zelensky ha vuelto a solicitar a sus aliados más sistemas de defensa antiaéreos, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó la agresión y reafirmó el apoyo de su país a Ucrania. Desde que comenzó el conflicto, el gobierno de Estados Unidos ha proporcionado cerca de 60 mil millones de dólares en ayuda militar.
En paralelo, Putin amenazó con usar misiles hipersónicos Oreshnik, recientemente desplegados, contra Kiev y otras instalaciones clave, en lo que calificó como una respuesta a los ataques contra Rusia.