La defensa de la Sierra de San Miguelito ha generado un movimiento amplio y constante ante las presiones por urbanizar el área natural protegida, que abarca 111,000 hectáreas en San Luis Potosí. Guardianes de la Sierra, un grupo de defensores del medio ambiente, se ha levantado enérgicamente contra las intenciones de urbanización de más de 1,800 hectáreas en la zona. A través de una lucha que involucra a comunidades locales, instituciones académicas y autoridades gubernamentales, buscan proteger este valioso ecosistema.
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha sido firme al asegurar que no se permitirá la urbanización de la Sierra de San Miguelito. Ha reiterado que no se reactivará el proyecto Las Cañadas y ha instado a las autoridades locales a regular los fraccionamientos. Sin embargo, pese a las declaraciones gubernamentales, grupos inmobiliarios y comuneros continúan presionando para avanzar con proyectos urbanísticos en la zona.
El activismo de Guardianes de la Sierra también ha dejado claro que la protección de la Sierra no solo se trata de evitar la urbanización, sino también de asegurar la preservación de los recursos hídricos y la biodiversidad. En este sentido, el Dr. Jonathan Quintero, presidente del Consejo Hídrico Estatal, subrayó la importancia de considerar las zonas de recarga hídrica de la Sierra en las políticas de protección ambiental, un aspecto clave para el futuro de los servicios ecosistémicos en la región.
En noviembre de 2021, las autoridades federales emitieron un decreto que declaró la Sierra de San Miguelito como Área Natural Protegida. A pesar de este avance, los litigios sobre la posesión de tierras de algunos ejidos, como San Juan de Guadalupe, continúan siendo un desafío. Carlos Covarrubias Rendón, activista de Guardianes de la Sierra, ha sido un actor clave en la denuncia de estos conflictos, al tiempo que asegura que la protección de la Sierra no está comprometida por estos disputas territoriales.
El grupo también ha identificado una de las mayores amenazas en la figura del “greenwashing”, un intento de las empresas de mostrar una cara ambientalmente responsable mientras siguen avanzando con sus intereses comerciales. Covarrubias señala que proyectos de reforestación impulsados por corporaciones como Minera México no son más que una fachada para ocultar sus verdaderos intereses. Además, han denunciado compras de terrenos dentro del área protegida, como las 150 hectáreas adquiridas por el Grupo Valoran en Jaral de Mexquitic.
Uno de los logros más destacados de los Guardianes de la Sierra ha sido la implementación de campañas de reforestación. En diversas comunidades, como Villa de Reyes y Mezquitic, han plantado miles de árboles nativos, en un esfuerzo por restaurar las áreas naturales y fortalecer el compromiso de la comunidad con la conservación de la Sierra. Covarrubias destaca que estas acciones son un ejemplo claro de resistencia y organización comunitaria, en contraste con las iniciativas que solo buscan beneficios simbólicos.
Además de estas acciones, los defensores de la Sierra han establecido alianzas con organismos gubernamentales y académicos. Recientemente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) organizó una mesa de trabajo en la que se reafirmaron compromisos y se discutieron nuevas estrategias para la protección de la Sierra de San Miguelito. En este encuentro, también se abordó la necesidad de considerar las zonas de recarga hídrica en los planes de conservación a nivel nacional.
El futuro de la Sierra está en juego, y la lucha continúa. Para los Guardianes de la Sierra, la batalla no es solo por un territorio, sino por el futuro de las generaciones venideras. La resistencia, la unidad comunitaria y las alianzas con las instituciones clave son esenciales para evitar que los intereses inmobiliarios prevalezcan sobre la necesidad de proteger este invaluable espacio natural.