Por Jesús Aguilar Flores
@jesusaguilarslp
En la explosiva historia de los terrenos de la U.A.S.L.P. publicada por Astrolabio y seguida con lupa por propios extraños hoy sale a la luz una “extraña coincidencia” que termina por detonar las alertas de un potencial conflicto de interés.
El concepto de “conflicto de interés” ha ganado relevancia en la administración pública y la gobernanza moderna, y no es para menos. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un conflicto de interés surge cuando los intereses privados de una persona interfieren o parecen interferir con su capacidad para actuar en el mejor interés del público. Sin embargo, cuando las relaciones familiares entran en juego, el problema se magnifica, planteando serios retos a la legitimidad y transparencia de las autoridades.
Uno de los factores más críticos en los conflictos de interés relacionados con las relaciones familiares es la posibilidad de nepotismo. La Real Academia Española define el nepotismo como la “desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos”. Autores como Susan Rose-Ackerman en Corruption and Government: Causes, Consequences, and Reform(1999) han señalado que el nepotismo puede socavar las instituciones democráticas al priorizar la lealtad familiar sobre la competencia y la meritocracia.
El problema no se limita a la contratación de familiares. También incluye decisiones que beneficien indirectamente a miembros de la familia. En su libro Public Office, Private Interests: Accountability through Income and Asset Disclosure (2012), Jana Kunicová destaca que el control de activos y recursos por parte de familiares cercanos crea una “zona gris” donde es difícil establecer un límite entre los intereses personales y los públicos. Esto puede incluir contratos gubernamentales otorgados a empresas de familiares o decisiones regulatorias que favorezcan sectores donde los parientes tienen intereses.
Un ejemplo reciente de esta problemática se observó en Brasil durante la presidencia de Jair Bolsonaro, cuyas decisiones regulatorias fueron cuestionadas debido a los negocios de sus hijos en diversos sectores, desde bienes raíces hasta telecomunicaciones. Aunque no se comprobó ilegalidad, el solo hecho de estas vinculaciones minó la confianza en el gobierno.
El impacto de los conflictos de interés derivados de relaciones familiares trasciende lo político y afecta directamente a la economía y la cohesión social. Rose-Ackerman y Palifka (2016) argumentan que los conflictos de interés reducen la eficiencia económica, ya que las decisiones no se toman con base en el interés público sino en los beneficios privados. Además, crean desigualdades en el acceso a oportunidades, lo que alimenta el resentimiento social.
El caso de México resulta ilustrativo. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el escándalo de la “Casa Blanca” involucró a su esposa, Angélica Rivera, y a un contratista beneficiado por el gobierno. Este caso exacerbó la desconfianza pública y se convirtió en un símbolo de los peligros que representan las relaciones familiares en el poder.
Pero en el caso de la Uni, el asunto tiene una serie de coincidencias francamente inverosímiles y el tema es claro, Fabían Espinosa Díaz de León, político septuagenario y ex diputado local se presenta como el hacedor del negocio y es apoderado legal de la empresa que renta en condiciones absolutamente favorables, su hija Olga Espinosa de la Torre se casó con Diego Díaz de Sandi Garza, hijo de Juliana hermana del ex Fiscal y Secretario General de la Universidad Autónoma del Estado.
San Luis puede ser un puño en ciertos sectores donde las coincidencias y relaciones detonan en las más peligrosas cercanías (ya le había pasado a Garza Herrera cuando siendo fiscal estalló un asesinato dentro del fraccionamiento de lujo donde vive y donde ambas partes, víctima y victimario eran un cruce de afectos personales inusitados), pero, con la actitud arrogante de Fabían Espinosa, que da por hecho sin tapujos, que el proyecto en el que seguro sacará gran raja económica se mantendrá, contra todo pronóstico la alerta se prende.
Federico Garza tiene una intachable hoja de ruta en lo público y lo privado, sus resultados pueden estar evidentemente bajo el escrutinio de todos, pero no he visto, ni escuchado jamás un mínimo atisbo de corrupción. La mayoría silenciosa no apuestan a un personaje como Fabían.
El viernes pasado se propuso al Consejo Universitario rescindir el contrato de arrendamiento, cuestión que se decidirá el próximo enero…
¿No será suficiente para terminar de limpiar de cualquier sospecha el cancelar el proyecto y reestablecer condiciones mucho más adecuadas al mercado y a un mucho mejor aprovechamiento de esta inmejorable condición para las arcas universitarias?
Sí.