Para el Presidente Enrique Peña Nieto hay dos Méxicos. En uno, la muerte llega por complicaciones relacionadas con el embarazo o padecimientos curables. En el otro, la obesidad y el fantasma de la diabetes son rampantes. Ayer, en el Palacio Nacional, el primer mandatario adelantó la conmemoración del Día Mundial de la Salud debido a que estará ausente de México el próximo 7 de abril, la fecha marcada por la ONU para tal evento y que este año lleva como tema a la hipertensión. Ahí presentó la política que seguirá su gobierno en materia de salud pública. “México vive una situación compleja en materia de salud pública. La fragmentación del sector, el uso ineficiente de recursos y la saturación de los servicios afectan la calidad de la atención médica”, reconoció el primer mandatario ante integrantes de la comunidad médica a quienes les entregó reconocimientos. Entre ellos, Jesús Kumate, quien fuera Secretario de Salud en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En su estilo apegado a la puntualización, Peña Nieto expuso tres lineamientos de la política de Salud Pública de su gobierno: acceso efectivo, calidad en el servicio y prevención. En la primera línea, Peña Nieto explicó que sin importar el nivel socioeconómico o la condición laboral, el Estado debe asegurar los servicios de salud a toda la población. En este rubro, se fortalecerán las instituciones del sector salud y no será añadido ningún programa. Serán impulsados el Seguro Popular –cuya operación empezó en 2004 en el gobierno de Vicente Fox-, así como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). “La visión de largo plazo es igualar la calidad en los servicios y hacer posible que los mexicanos puedan ser atendidos en cualquier clínica u hospital del Sistema Nacional de Salud Pública, si así lo requieren”, enfatizó el Presidente. En la segunda prioridad, dio a conocer que hay una partida de cuatro mil millones de pesos para un nuevo programa enfocado a mejorar la calidad en la atención, pero no abundó en datos. El tercer lineamiento es la prevención. “Anticiparnos a la enfermedad y evitar las condiciones que la generan es la mejor forma de cuidar la salud”, expresó Peña Nieto. Una de las acciones en esta línea está dirigida a reducir la obesidad y el sobrepeso, para lo cual instruyó a la Secretaria de Salud para poner en marcha una estrategia nacional de la cual, tampoco brindó más detalles. Antes, en el estrado, la secretaria de Salud, Mercedes Juan López, había aludido a la población mexicana sin acceso a la salud. “Para lograr la contribución del Sistema Nacional de Salud para lograr el México incluyente y próspero al que ha convocado el Presidente Peña Nieto, es necesario transformarlo en una sociedad de derechos que se concretará cuando los mexicanos tengan acceso pleno a los servicios de salud, sin importar su condición laboral, su lugar de residencia, su preferencia política, el género o la edad que tengan”. ESOS DOS MÉXICOS Ayer, el Presidente de México reconoció dos problemas de salud pública: la mortandad materna y la obesidad. Uno ocurre en las regiones más pobres de México y el otro, en las zonas con mayor desarrollo. Según la Dirección General de Epidemiología de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en México ocurren 53.3 decesos de mujer por cada 100 mil nacidos vivos. Pero el indicador se eleva a 103.2 muertes por el mismo número de nacimientos. Oaxaca y Chiapas afrontan una situación semejante: Ambos estados están por encima de la media, con 82.7 y 80.6. Según esa dirección, las causas son Preeclampsia-Eclampsia, hemorragia y aborto. Pero el trabajo de campo de Organizaciones no Gubernamentales como Kinal Antzetik arrojan que las muertes ocurren en el traslado de comunidades alejadas, entre cerros, sin caminos trazados hacia un servicio de salud. En cuanto a la obesidad, 48 millones de adultos mexicanos está por arriba de su peso, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut 2012), dada a conocer en noviembre del año pasado. Según la organización El Poder del Consumidor, el país alcanzó números tan elevados en esta incidencia que es difícil que la curva se prolongue todavía más. Siete de cada diez adultos presenta el problema. Y están más en las ciudades, donde hay acceso a los servicios de salud. Cuando el 25 de enero de 2011, el entonces Presidente Felipe Calderón reconoció que México ocupaba el primer lugar en obesidad tanto infantil como adulta, la organización El Poder del Consumidor expuso que la estrategia para combatir este mal sería más efectiva con acciones éticas por parte de las empresas de alimentos.
http://www.sinembargo.mx/03-04-2013/577880