La riqueza natural de San Luis Potosí se refleja en la variedad de frutos y plantas silvestres que forman parte esencial de su cultura gastronómica y medicinal. Entre estos destacan la tuna y el nopal, productos emblemáticos que, además de ser consumidos ampliamente, son una fuente importante de ingresos para comunidades rurales y comerciantes locales.
Tradición en la cosecha
En el mercado República, diversas marchantas destacan la importancia de la tuna como la fruta tradicional por excelencia. Su cosecha requiere habilidades específicas, conocidas como “maña”, donde un cuchillo es la herramienta principal para seleccionar los frutos maduros que deben mostrar un color adecuado y “sangrar” ligeramente al ser cortados.
El nopal, por su parte, es otro de los productos más valorados, utilizado en infinidad de platillos que van desde ensaladas hasta guisos más elaborados.
El maguey también es una planta multifacética en la región. Además de su aporte gastronómico con el quiote y las pencas para barbacoa, su uso medicinal es destacado, ya que se emplea para tratar padecimientos como inflamación, gastritis y úlceras.
Cosecha y sustentabilidad
El aprovechamiento de estos recursos naturales debe realizarse de manera sustentable. Las marchantas enfatizan que, además de obtener permiso de los dueños de los terrenos donde se cosechan estos productos, es crucial cuidar los ecosistemas locales. La sobreexplotación puede poner en riesgo no solo la disponibilidad futura de estos recursos, sino también la supervivencia de las especies que dependen de ellos.
Para lograr una cosecha responsable, es fundamental que las comunidades conozcan y respeten los ciclos naturales de las plantas, asegurando que los frutos y derivados puedan regenerarse.
Legado cultural y compromiso ambiental
La tuna y el nopal no son solo alimentos básicos en San Luis Potosí, sino también un reflejo del estrecho vínculo entre la cultura local y la naturaleza. La preservación de estas tradiciones y su manejo responsable es un reto que requiere tanto de conocimiento como de compromiso por parte de quienes los cosechan y consumen.
San Luis Potosí, con su vasta biodiversidad, tiene en sus manos la oportunidad de seguir aprovechando estos recursos, pero también la responsabilidad de hacerlo de forma que garantice su disponibilidad para las futuras generaciones.