Las autoridades mexicanas y estadounidenses han descubierto un sofisticado narcotúnel bajo el lecho del río Bravo, que conecta Ciudad Juárez, Chihuahua, con El Paso, Texas. El túnel, de aproximadamente 40 metros de longitud, estaba destinado al tráfico de personas, drogas y mercancías ilícitas. La estructura contaba con un rudimentario sistema de ventilación y se encontraba debajo de la frontera natural entre ambos países, a la altura de la puerta 28.
El hallazgo se produjo durante un operativo conjunto entre diversas agencias de ambos países, incluyendo la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, el FBI, el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, y la Fiscalía de Distrito Zona Norte de Chihuahua. Según las autoridades, el túnel se usaba para el cruce de migrantes, que aparecían en las alcantarillas de El Paso, así como para el contrabando de drogas.
El descubrimiento se realizó gracias a la información proporcionada por un denunciante anónimo, lo que permitió a las autoridades intervenir rápidamente. En el lugar se encontraron herramientas de construcción, ropa, y otros elementos que podrían estar relacionados con las actividades ilegales en la zona.
Las autoridades de ambos países han afirmado que el túnel será sellado y sometido a un análisis exhaustivo para determinar su origen y los posibles vínculos con organizaciones criminales. Este hallazgo refuerza la preocupación sobre el uso de túneles como métodos de tráfico ilícito a través de la frontera entre México y Estados Unidos.
