CLAUDIA Y LAS MAÑAS DEL ÍDOLO DE TEPITO

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

El Radar 

Por Jesús Aguilar

X @jesusaguilarslp

La política en México está marcada por alianzas complejas y, a menudo, efímeras. 

Estas lealtades, que durante años parecen inquebrantables, pueden romperse de manera drástica cuando emergen latrocinios o actos de corrupción que ya no pueden ser ignorados. 

Este fenómeno, hoy encarnado en la ruptura entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y ek ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, expone cómo las estructuras de poder político pueden tambalearse frente a la presión pública y las circunstancias.

El caso de Cuauhtémoc Blanco, ídolo nacional futbolero convertido en gobernador de Morelos, es un ejemplo claro de esta dinámica. Su gobierno, que abrió las puertas al cártel Jalisco Nueva Generación y facilitó la expansión de grupos criminales como Guerreros Unidos, está ahora bajo escrutinio público. Margarita González Saravia, su sucesora, no tardó en desvincularse de su antiguo jefe. Apenas el 3 de enero, Claudia Sheinbaum dio una declaración en Xochitepec que marcó un giro: “Para atender la seguridad no se necesita mano dura, sino honestidad y justicia”. Ocho días después, el gobierno de Morelos presentó cuatro denuncias penales contra Blanco por presunta corrupción.

El Contexto de la Ruptura

Para entender esta transición, debemos analizar el trasfondo político. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Blanco fue protegido pese a las denuncias de corrupción que lo rodeaban. Alejandro Ramírez, politólogo de la UNAM, señala: “En el afán de consolidar la hegemonía de Morena, AMLO priorizó la lealtad partidista sobre los intereses de los ciudadanos de Morelos. Sin embargo, ese respaldo ya no es viable para Sheinbaum, quien busca desmarcarse de figuras políticas cuestionables en su lucha por legitimarse como presidenta”.

La figura de Margarita González Saravia es clave en este proceso. Habiendo sido cercana a Blanco, ahora lidera una ofensiva judicial contra su antigua administración. Como explica Laura Gómez, investigadora del CIDE, “la postura de González Saravia responde a una estrategia de ‘limpieza institucional’ que también busca ganar la confianza pública y distanciarse de un legado político dañino”.

De la Corrupción al Colapso

El gobierno de Blanco fue un caso de manual de desinterés y mala gestión. Denuncias de lavado de dinero contra su jefe de oficina, José Manuel Sanz, y el control de decisiones clave por parte de su medio hermano, Ulises Bravo, pintan un panorama de nepotismo y abuso de poder. Mientras tanto, la violencia en Morelos se disparó. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que los secuestros y extorsiones aumentaron significativamente durante su mandato.

Para el socólogo Carlos Valdés, “Blanco representa una de las peores manifestaciones del populismo político en México, donde la popularidad mediática supera a la competencia técnica para gobernar. Su caída también refleja un cambio en la tolerancia del gobierno federal hacia figuras que desprestigian a Morena”.

Sheinbaum y el Cambio de Narrativa

El discurso de Sheinbaum en Xochitepec marcó el inicio de una nueva narrativa que busca enfatizar la honestidad y la justicia. En este sentido, su administración parece dispuesta a enfrentarse a los rezagos del pasado. Esto no solo refuerza su imagen como una lideresa decidida a combatir la corrupción, sino que también envía un mensaje claro a otros actores políticos dentro de Morena: nadie está exento de rendir cuentas.

El Futuro de las Alianzas Políticas

La ruptura con Blanco pone en evidencia cómo las alianzas políticas pueden disolverse cuando el costo de mantenerlas supera los beneficios. En palabras de Ana López, analista política independiente, “la lucha contra la corrupción es ahora una herramienta no solo de justicia, sino también de estrategia política. Sheinbaum y González Saravia están utilizando estas denuncias para consolidar su poder y proyectar una imagen de renovación dentro del partido”.

En un país donde la corrupción ha sido una constante en los círculos políticos, el caso de Cuauhtémoc Blanco podría marcar un precedente. Si bien es pronto para determinar si estas acciones generarán cambios profundos en la cultura política, lo cierto es que representan una ruptura con el pasado reciente. La presidencia de Claudia Sheinbaum enfrenta un reto monumental: demostrar que las lealtades pueden romperse no solo por conveniencia política, sino también por un compromiso real con la justicia.

El rebote en otras geografías.

En Veracruz, Yucatán, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Tabasco, la Ciudad de México, Chiapas y Morelos hubo elecciones de gobernador concurrentes en 2024, Morena ganó 7 de 9, en donde la oposición solo mantuvo Guanajuato y Jalisco, sin embargo la estela de escándalos y actos de varios de los gobernadores salientes pueden seguir la ruta de Cuauhtémoc Blanco, Sheinbaum está cambiando gradualmente la pasmosa inacción de su antecesor acabando con las tolerancias “convenientes”. En San Luis Potosí, el partido Verde de Gallardo le aportó más de 700 mil votos a los 35 millones que logró en el país, a pesar de eso, y de ganar la mayoría de las posiciones federales legislativas en juego, no hubo hasta ahora ni más apoyos, ni mejores condiciones fiscales, sino un recorte que puso a parir chayotes a los escibanos de finanzas, forzó al estado a revertir de manera gradual la política tributaria local. 

Ayer por la noche postearon las redes del gobierno estatal la reunion virtual que tuvo el Gobernador Gallardo con la Presidenta Sheinbau para revisar el tema del IMSS- Bienestar, Gallardo se tiene que reinventar en su relación y peso específico en los resortes con el centro y por supuesto tiene tiempo de remediar cualquier condición que lo podría poner a sufrir en su séptimo año, remojar barbas a tiempo es información que cura.

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