La caza furtiva sigue amenazando la fauna de la Huasteca potosina. Durante el mes de enero, la organización Selva Teenek Ecopark lanzó una campaña contra esta actividad ilegal, luego de detectar múltiples casos en la región.
De acuerdo con el Código Penal Federal, quienes realicen actividades de caza ilegal pueden recibir penas de 1 a 9 años de prisión, además de multas que van desde los $33,942 hasta los $339,420. Sin embargo, la falta de vigilancia y la impunidad han permitido que esta problemática continúe afectando a la biodiversidad y a los habitantes de la zona.
Ejidatarios de la sierra de Aquismón han manifestado su preocupación por el incremento de cazadores ilegales en localidades como Tantobal, San Pedro, La Laguna y Tanchanaco. Han exigido una intervención más firme de las autoridades y un castigo ejemplar para los responsables. Algunos dueños de ranchos han denunciado que estos cazadores ingresan sin permiso a sus propiedades, acompañados de perros entrenados para rastrear animales, y que incluso han atacado becerros al no lograr capturar fauna silvestre.
En un intento de frenar la caza furtiva, la Guardia Civil Estatal ha iniciado patrullajes en municipios como Ciudad Valles y Tamuín, zonas identificadas como focos rojos de esta práctica. Sin embargo, los ejidatarios aseguran que se necesita una mayor coordinación entre las dependencias de seguridad para obtener resultados más efectivos.
La caza indiscriminada ha afectado gravemente la población de venados cola blanca, una de las especies más vulnerables en la región. Según Selva Teenek, los cazadores venden su carne en el mercado negro por hasta $400 el kilo, sacrificando incluso a crías recién nacidas por unos pocos kilos de carne.
Ante esta situación, la organización ha hecho un llamado a los habitantes de comunidades y ejidos para denunciar la presencia de cazadores y reportar cualquier movimiento sospechoso de personas con armas o perros de caza. También han comenzado a implementar estrategias como el uso de drones con sensores térmicos para rastrear cazadores y sus jaurías durante la noche.
A través de sus redes sociales, Selva Teenek publicó un video en el que explican paso a paso cómo interponer una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Sin embargo, los habitantes insisten en que, aunque se han hecho denuncias ante diversas autoridades, la caza furtiva continúa sin mayores consecuencias para los responsables.
Los ejidatarios han reconocido que, ante la falta de respuesta, algunos han optado por disparar contra los perros de caza como una medida desesperada para proteger sus tierras. Sin embargo, recalcan que la solución debe venir de un mayor compromiso de las autoridades para hacer valer la ley y frenar el daño ambiental que está ocurriendo en la Huasteca.
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