Aguacates, tequila y autos: lo que encarecerán los aranceles de EE.UU.

MÉXICO, NACIONALES

Los consumidores en Estados Unidos podrían enfrentar un aumento en el costo de diversos productos debido a la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá. Desde productos agrícolas hasta automóviles, los efectos de esta medida ya comienzan a sentirse en la economía.

El sector automotriz es uno de los más golpeados, ya que por décadas las compañías han establecido cadenas de suministro que cruzan las fronteras de Norteamérica. De acuerdo con S&P Global Mobility, más del 20% de los autos y camionetas ligeras vendidos en Estados Unidos se fabrican en México o Canadá. Se estima que el precio de los automóviles en el país podría aumentar hasta en 3,000 dólares, impactando directamente a los consumidores.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) advirtió que los aranceles están contribuyendo a un repunte inflacionario en México, alcanzando una tasa anual del 3.74% en febrero. Productos de la canasta básica como el huevo y los plátanos ya han registrado incrementos en sus costos. Esto se suma a otros factores como la inseguridad y la crisis de abasto en Estados Unidos.

El sector energético también está en la mira, pues Canadá es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo para Estados Unidos, con exportaciones valoradas en 98,000 millones de dólares en 2024. Especialistas advierten que los aranceles podrían traducirse en un alza en el precio de la gasolina, particularmente en la región del Medio Oeste.

El presidente Donald Trump justificó la imposición de aranceles bajo el argumento de reducir la migración irregular y el tráfico de drogas en la frontera. Además, anunció que en abril aplicará nuevas tarifas a productos agrícolas extranjeros, lo que ha generado preocupación en los sectores afectados.

Productos icónicos como el tequila y el whisky canadiense también están en riesgo. En 2023, Estados Unidos importó tequila por un valor de 4,600 millones de dólares y mezcal por 108 millones de dólares desde México. A su vez, el whisky canadiense representó importaciones por 537 millones de dólares. Especialistas advierten que estas tarifas podrían afectar gravemente a la industria de la hospitalidad en Estados Unidos y generar despidos en el sector.

China también ha sido blanco de estas medidas arancelarias, impactando la importación de teléfonos celulares, computadoras, ropa y juguetes. Estados Unidos adquirió más de 32,000 millones de dólares en juguetes y artículos deportivos provenientes de China el año pasado, así como calzado por un valor de 7,900 millones de dólares. Si los costos suben, los consumidores podrían enfrentar precios más altos en múltiples categorías de productos.

Uno de los sectores más preocupados es el agrícola, ya que México suministra el 47% de las verduras y el 40% de las frutas que se consumen en Estados Unidos. Solo en 2024, las importaciones agrícolas desde México ascendieron a 49,000 millones de dólares. Los aranceles del 25% podrían encarecer productos básicos como el aguacate, lo que afectaría la producción de guacamole, muy popular entre los estadounidenses.

Ante esta situación, el gobierno de Canadá ha amenazado con imponer medidas de represalia, incluyendo tarifas a productos estadounidenses. “No hay justificación para estas acciones”, declaró el primer ministro Justin Trudeau. La ministra de Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, confirmó que su país ya tiene listo un paquete de medidas para responder a los aranceles de Trump.

El temor de los agricultores estadounidenses crece, ya que México y Canadá podrían contraatacar imponiendo tarifas a productos como la soja y el maíz. En conflictos comerciales previos, China y otros países afectados por los aranceles han respondido con sanciones dirigidas a los sectores rurales de Estados Unidos, lo que ha llevado a pérdidas económicas y compensaciones gubernamentales para los productores.

La incertidumbre se mantiene en el panorama comercial de Norteamérica. Mientras tanto, consumidores y empresarios esperan el impacto real de estas medidas en los precios y la disponibilidad de productos esenciales.

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