Por Mario Candia
5/03/25
EDUCACIÓN México se enfrenta a un dilema que va más allá de la simple modernización de sus programas educativos. Los análisis recientes evidencian que, mientras el mercado laboral exige habilidades digitales y tecnológicas, el sistema educativo continúa reproduciendo modelos tradicionales que limitan el desarrollo del talento.
FUTURO Aunque el Foro Económico Mundial proyecta que en los próximos cinco años el 80% de las empresas adoptarán tecnologías digitales y análisis de datos masivos, las carreras universitarias en México no se han adaptado a esta nueva realidad. Los jóvenes siguen inclinándose por disciplinas tradicionales como Derecho, Administración, Ingeniería Industrial, Contabilidad y Psicología. Aun en áreas tecnológicas, a pesar de contar con más de un millón de egresados en Desarrollo de Software, solo 93 mil egresados de Técnico Superior Universitario existen en el país, de los cuales apenas 27 se graduaron el último año; mientras que, alarmantemente, el 79% de las empresas de Tecnologías de la Información reporta dificultades para encontrar talento especializado. Además, se evidencia una brecha salarial y de formalidad: un desarrollador con licenciatura percibe casi el doble que uno con formación técnica, y la informalidad afecta al 45% de los técnicos, en comparación con el 19% de quienes poseen una licenciatura.
PLAN MÉXICO En el artículo de Fernanda García, publicado por el IMCO La gran apuesta por México se enuncia el ambicioso objetivo del Plan México: incrementar anualmente en 150 mil el número de profesionistas y técnicos. Esto representa un incremento del 20% sobre los 777 mil profesionistas que actualmente se generan cada año, en un país donde solo el 35% de los jóvenes está matriculado en educación superior. Asimismo, se resalta la alarmante concentración de egresados en tan solo diez carreras, lo que limita la diversificación de habilidades en el mercado laboral. Con tan solo 44 mil egresados de carreras técnicas, alcanzar la meta implicaría casi cuadruplicar la oferta actual de técnicos, un reto que se agrava por la baja valorización económica de estas titulaciones, que solo les otorgan ingresos equivalentes a dos terceras partes de los de una licenciatura.
HERENCIA EDUCATIVA DE AMLO La situación se agrava aún más cuando se analiza la base educativa en la educación básica. En La herencia educativa para el próximo sexenio se advierte que, entre 2019 y 2023, 1.1 millones de estudiantes de entre 3 y 14 años abandonaron la educación formal, generando un rezago que se suma a un bajo rendimiento en áreas clave. Los resultados de la prueba PISA 2022 muestran que dos de cada tres alumnos de secundaria son incapaces de resolver problemas matemáticos simples y uno de cada dos no comprende lo que lee. Paralelamente, a pesar de algunas mejoras en infraestructura, una de cada tres escuelas de educación básica aún carece de servicios básicos como agua potable, electricidad o sanitarios adecuados, afectando la calidad del aprendizaje.
VISIÓN DE LARGO PLAZO Estos datos revelan una doble problemática: por un lado, la educación superior y técnica no responden a las demandas del mercado, mientras que, por otro, la base educativa padece de deserción y bajos niveles de aprendizaje. La falta de una visión de largo plazo, la constante politización del sistema y la inestabilidad en las políticas públicas han dejado un legado de promesas incumplidas y desafíos acumulados.
EL RETO El futuro de México no solo depende de inversiones en infraestructura tecnológica o de aumentar el número de profesionistas; depende de transformar un sistema educativo que hoy se debate entre una tradición que ya no responde a los retos del mañana y la urgente necesidad de apostar por el talento y la innovación.