Letras Económicas
Por José Claudio Ortiz
Imagina que tienes un negocio y tu mejor cliente, el que compra la mayor parte de tus productos, de repente te cobra un impuesto extra cada vez que le vendes algo. Tus productos se vuelven más caros y resultan menos atractivos frente a los de tu competencia.
Eso mismo ocurre cuando un país exportador enfrenta aranceles de su principal socio comercial: sus productos pierden competitividad y la economía sufre. Pero ¿qué tan grave puede ser el impacto?
Exportaciones a la baja: la primera ficha del dominó.
Los aranceles encarecen los productos del país exportador. Un ejemplo claro: si un bien costaba $1000 y el socio comercial impone un arancel del 25%, ahora costará $1250. En un mercado competitivo, donde cada centavo cuenta, ese aumento de precio puede significar perder clientes.
Las consecuencias son inmediatas: Empresas exportadoras venden menos y algunas dejan de exportar por completo. Se reducen los ingresos de las empresas y del gobierno, afectando la recaudación de impuestos. El PIB del país exportador cae, ya que las exportaciones son clave para el crecimiento económico.
Las industrias más afectadas suelen ser aquellas que dependen en gran medida de la exportación, como la automotriz, la agrícola y la manufacturera.
El golpe al empleo: menos ventas, menos trabajo
El comercio internacional no solo mueve mercancías, también sostiene empleos. Cuando las empresas exportadoras venden menos, reducen su producción y, en muchos casos, deben despedir trabajadores.
El impacto se extiende más allá de las fábricas: Sectores como el transporte, la logística y los servicios también sufren una caída en la demanda. Menos empleo significa menos consumo, lo que afecta al comercio local y a las pequeñas empresas.
Para quienes trabajan en industrias exportadoras, el riesgo de perder su empleo se vuelve una realidad, afectando no solo a los trabajadores directos, sino a toda la economía.
Menos inversión, más incertidumbre
Las empresas internacionales buscan países donde puedan operar con ciertas ventajas. Si un país enfrenta aranceles de su principal socio comercial, deja de ser atractivo para los inversionistas.
¿Qué implica esto?… Algunas compañías pueden trasladar sus fábricas a otros países sin barreras arancelarias. Los inversionistas pueden percibir más riesgo y optar por no poner su dinero en ese país.
Sin inversión, el panorama se torna sombrío: menos empleos, menos innovación y un crecimiento económico más lento.
El comercio es un motor clave de la economía. Cuando las exportaciones caen, el PIB también lo hace, y con ello, todo el sistema empieza a ralentizarse: Menos ingresos en los hogares significan menos consumo y menos ventas para los negocios locales. El gobierno recauda menos impuestos y tiene menos recursos para servicios públicos como educación, salud e infraestructura. Se genera un clima de incertidumbre, que puede frenar aún más la actividad económica.
Es un efecto en cadena: lo que comienza como un problema para las empresas exportadoras termina afectando a toda la sociedad.
Cuando un país exporta menos, la demanda por su moneda baja y esta pierde valor. ¿El resultado? Una depreciación que encarece los productos importados, desde maquinaria y tecnología hasta alimentos básicos.
Las consecuencias pueden sentirse rápidamente: Los costos de producción aumentan, lo que se traduce en precios más altos para los consumidores. La inflación puede dispararse, reduciendo el poder adquisitivo de la población.
Si la depreciación es fuerte y sostenida, los ciudadanos pueden enfrentar un aumento considerable en el costo de vida, afectando su calidad de vida.
Las PyMEs: el eslabón más vulnerable
Aunque muchas pequeñas y medianas empresas no exportan directamente, dependen de la economía en general. Si las grandes compañías reducen producción o ventas, las PyMEs que les proveen insumos o servicios pueden sufrir las consecuencias.
Además, si la moneda se devalúa, los costos de los insumos importados suben, afectando a cualquier negocio que dependa de materias primas extranjeras. Este sector, que genera una gran parte del empleo en nuestro país, puede enfrentar serias dificultades en un contexto de menor comercio exterior.
Crisis social y política: el riesgo invisible
Las consecuencias económicas no solo se reflejan en números y gráficos. Cuando el desempleo y la inflación aumentan, el malestar social crece. Pueden surgir protestas y conflictos debido a la falta de oportunidades laborales y el encarecimiento de la vida. La confianza en el gobierno puede deteriorarse si la población percibe que no se están tomando medidas adecuadas para afrontar la crisis.
En algunos casos, la incertidumbre política puede agravar aún más la situación económica, generando un círculo vicioso difícil de romper.
Un ejemplo concreto de este fenómeno es la relación comercial entre México y Estados Unidos. México envía alrededor del 80% de sus exportaciones a Estados Unidos.
Si Donal Trump mantiene los aranceles que recién impuso a los productos mexicanos, los efectos podrían ser devastadores para la economía mexicana, por ejemplo:
1. La industria automotriz mexicana, que exporta vehículos a EE. UU., y representa una de nuestras mayores fortalezas, reduciría su producción.
2. Miles de trabajadores estarían en riesgo grave de perder sus empleos, afectando el consumo y la economía local.
3. El peso mexicano se depreciaría, encareciendo productos importados como gasolina y maíz.
4. La inflación tendería a incrementarse reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
5. El PIB de México caería, afectando la estabilidad económica del país.
Los aranceles no son simplemente números en una hoja de cálculo; representan un ataque directo a la estabilidad económica y social de un país. Más allá de la disminución de las exportaciones y el aumento de la inflación, lo que realmente se pone en juego es la confianza: la confianza de los inversores, de los consumidores y, lo más importante, la confianza de la población en su propio futuro. En un mundo interconectado, los aranceles son un recordatorio sombrío de que las decisiones económicas tienen consecuencias humanas profundas y duraderas.
Que tengas un excelente miércoles y te espero la próxima semana.
@jclaudioortiz