LA UNIVERSIDAD NO ES UN PASTEL

AUTONOMUS ALUMNI, OPINIÓN

Por: Alan Imanol García Méndez

Era cuestión de tiempo para que se empezara a desenmascarar todo el circo que existe al interior de la universidad, que están manchando nuestra institución. Tristes exhibiciones como la del tan sonado caso del Distrito Santa Fe uno de los temas más polémicos que ha puesto en evidencia la falta de transparencia y la intervención de intereses externos en nuestra universidad. Este proyecto, cuyo origen está rodeado de muchas dudas, refleja claramente cómo se están manejando los intereses políticos y económicos dentro de nuestra institución, afectando no solo su imagen, sino también su misión educativa. Es alarmante que, mientras nuestra universidad debería ser un faro de conocimiento y autonomía, se vea envuelta en negociaciones opacas y decisiones que parecen ser tomadas bajo presión externa. La falta de claridad en la gestión de este proyecto ha generado una crisis de confianza que no podemos seguir ignorando, pero no podemos dejar de lado las intervenciones de distintos partidos políticos, la falta de transparencia, el declive en el nivel académico, crisis internas en diversas facultades, la falta de atención a las instalaciones, los cuerpos académicos y a los estudiantes, dedazos y clientelismo… todo un circo con la intención de esconder los problemas y hacer parecer que aquí no pasa nada. Pero no más: la comunidad universitaria se está dando cuenta, y las cosas ya no serán iguales.

El que nada debe, nada teme

Ahora resuena más la duda en todos sobre por qué existía tanta urgencia para que no se fiscalizara a la universidad. ¿Acaso se esconde algo? Desde mi punto de vista, considero que si hay tanta incertidumbre o ruido sobre un tema, lo más práctico, democrático y adecuado es rendir cuentas y presentar la información al público. Las decisiones que se toman en el Consejo Directivo tienen el propósito de velar por los intereses de la Universidad, por lo que está conformado por directores, alumnos y maestros. Entonces, si estas personas tienen tan noble misión y la cumplen a cabalidad, es obvio que no hay ninguna irregularidad o perjuicio para nuestra escuela, y no existiría ningún inconveniente en mostrar la información y aclarar dudas. El camino es fácil. ¿Para qué manchar más el prestigio de nuestra institución? No hay necesidad. La Universidad es más importante y más grande que cualquier individuo. La transparencia es un valor fundamental que debe regir todas las acciones dentro de nuestra universidad. No podemos seguir permitiendo que los asuntos internos se manejen con tanta oscuridad. Como comunidad, debemos exigir que cada peso, cada decisión y cada proyecto sea tratado con la claridad y responsabilidad que la UASLP merece.

Armas a los verdugos

Es sabido que dos partidos políticos han intentado recientemente intervenir en la universidad: uno con la bandera del voto universal, enviando políticos sin permiso a realizar proselitismo dentro de la universidad y apoyando consejeros, y el otro bando con la fiscalización. Ah, y vaya sorpresa, también apoyando consejeros, candidatos a rectoría e inspirando el ruido. Si sabes que, en cuanto tengan oportunidad de transgredir nuestra autonomía, lo harán, ¿por qué darles argumentos para que ahora nuestra universidad sea abiertamente un centro de operadores políticos? ¿Tan malos asesores hay? ¿La máxima autoridad de nuestra casa de estudios ya se dio cuenta de que, para jugar en las grandes ligas, se necesita más que regalar puestos y hacer clientelismo con grillos estudiantiles? Las cartas ya están repartidas. El juego está en marcha: la disputa por el futuro de nuestra universidad ya arrancó, y nos urge que los universitarios participen. Necesitamos que personas que lleven la camiseta de la UASLP levanten la mano y no permitan que lastimen más nuestra imagen. La universidad no es un pastel que puedan repartir entre empresarios y políticos. Es la base de nuestro estado, es el pasado, el presente y el futuro de San Luis, y eso no es negociable, sea quien sea y tenga el apellido que tenga. Nuestra escuela es más grande que todo eso.

Puntos finales

1. Señor Rector Alejandro Zermeño Guerra, no es la primera vez que me dirijo a usted a través de esta columna. Por favor, defienda nuestra autonomía. No necesita respaldo de nada ni de nadie; solo hay que ser transparente, y todo saldrá bien. Retome el rumbo de nuestra universidad hacia aspectos académicos. No hay necesidad de jugar a hacer política o empresa. Somos una universidad, y el mejor testimonio y argumento que una universidad puede tener son egresados sobresalientes que generen un impacto positivo en San Luis, contribuciones que ayuden a la comunidad, espacios universitarios a la disposición de las y los potosinos, y volver a ser un referente y ejemplo de nivel académico, no tristes grillas e intereses personales. Esta es la petición de un universitario preocupado por su institución.

2. Es crucial que los universitarios nos hagamos escuchar en este momento histórico. No podemos permitir que el futuro de nuestra universidad quede en manos de aquellos que solo buscan sus propios intereses. Los estudiantes, profesores y egresados de la UASLP deben levantar la voz y tomar postura. Necesitamos, más que nunca, que la comunidad universitaria se organice, participe activamente en las decisiones que nos afectan y exija la transparencia que se merece nuestra institución.

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