POPOL VUH 105

DESTACADOS, OPINIÓN, POPOL VUH

Por Mario Candia

8/04/25

HEGEMONÍA La hegemonía de Morena en México es, hoy por hoy, un hecho consumado. La columna de Juan Ignacio Zavala en El País lo expone con claridad: ningún otro partido tiene la estructura, la narrativa ni la capacidad de movilización para disputarle el poder a Morena en el corto plazo. No estamos ante una democracia pluralista en competencia; estamos ante una maquinaria dominante, donde el verdadero enfrentamiento ocurre dentro del mismo partido gobernante.

NULA OPOSICIÓN Zavala lo plantea con una mezcla de ironía y lucidez: la única forma de vencer a Morena será desde dentro de Morena. La oposición tradicional ha quedado desfondada, sin ideas, sin identidad y, lo más grave, sin conexión con la ciudadanía. En cambio, Morena ha logrado absorber no sólo los votos, sino también los discursos, las contradicciones y hasta la oposición misma.

PLAN MÉXICO Es en ese escenario que se presenta el llamado Plan México, promovido como el documento estratégico para proyectar el país en los próximos años. Se trata de una propuesta que, en apariencia, apuesta por el rigor técnico, la sostenibilidad y la justicia social. Sin embargo, bajo esa fachada, el plan está cimentado en los ya conocidos “otros datos” del obradorismo: cifras sin contrastar, diagnósticos optimistas y promesas que no reconocen —ni corrigen— las fracturas acumuladas durante este sexenio.

LOS OTROS DATOS El Plan México presume avances en crecimiento, seguridad, salud y bienestar, pero lo hace sin sustento sólido y sin rendición de cuentas. Habla, por ejemplo, de un sistema de salud de clase mundial, mientras ignora el colapso del sistema actual. Propone desarrollo económico, pero no aborda de frente la caída de la inversión pública, ni el deterioro de sectores clave como la ciencia, la cultura o el medio ambiente. Se vende como una hoja de ruta seria, cuando en realidad se parece más a un documento de campaña.

POPULARIDAD Lo único realmente sólido en este plan es el rating de popularidad de la presidenta. Claudia Sheinbaum goza hoy de una aprobación superior al 80%, según encuestas recientes. Esa es, por ahora, su mayor fortaleza. Pero gobernar un país no se logra con slogans ni con niveles de aprobación elevados. La legitimidad democrática no se hereda ni se mantiene solo con carisma. Hace falta autocrítica, técnica, voluntad de corregir y, sobre todo, apertura al disenso.

RIESGO Y justo ahora, en un momento en que México se acerca no a una elección presidencial sino a una elección que definirá el rumbo del Poder Judicial, la pregunta es más pertinente que nunca: ¿puede un gobierno de partido único, con control sobre los poderes Legislativo y Ejecutivo, también controlar al Judicial sin que eso derive en un régimen autoritario?

VOLVER AL PASADO Si el verdadero reto está dentro de Morena, ¿quién dentro de Morena se atreverá a cuestionar este plan? ¿Quién levantará la voz para decir que este país necesita mucho más que lealtades automáticas y datos maquillados? Porque si no hay oposición afuera, y tampoco hay oposición adentro, lo que nos espera no es una transformación, sino una regresión disfrazada de continuidad.

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