La magistrada potosina Alma Delia González Centeno, actual integrante del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y única aspirante del centro del país a ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), reveló que al inicio de su carrera judicial vivió un largo y desgastante “viacrucis” para poder convertirse en juez, en el que incluso le llegaron a pedir dinero para obtener el cargo.
“Si no se gana a la buena, se tiene que ganar en tribunales o a veces soltar dinero para obtener un cargo”, expresó la magistrada, quien expuso que en una ocasión le solicitaron 350 mil pesos para aspirar a ser juez, y en otro caso tuvo que pelear legalmente su derecho en instancias federales.
Aunque no mencionó nombres, González Centeno advirtió que vivió en carne propia intentos por sabotear sus aspiraciones y elecciones a modo, en las que sistemáticamente resultaban electas las mismas personas.
A pesar de este escenario, la magistrada logró abrirse camino dentro del Poder Judicial local y ahora aspira a convertirse en ministra de la Corte, tras haber sido seleccionada por el proceso de “tómbola” legislativa como la segunda mujer candidata de un grupo de 15 aspirantes.
Originaria de San Luis Potosí, Alma Delia destacó que este proceso fue totalmente transparente y público. Aunque admitió que inicialmente tuvo dudas, decidió participar en la convocatoria al considerar que el momento histórico de transformación del Poder Judicial requería de perfiles que comprendieran desde dentro sus carencias.
También recordó que ha combinado su carrera judicial con la vida familiar y actualmente se encuentra en espera de su tercer hijo, situación que no le impidió postularse a uno de los cargos más relevantes del país.