Este miércoles se definirá el futuro de Karla Fernanda, una joven de 21 años con autismo, esquizofrenia y discapacidad intelectual, acusada de asesinar a su madre y a su tío en 2022. A pesar de que especialistas han determinado que no puede ser juzgada por su condición mental, la Fiscalía de la Ciudad de México solicita una condena de hasta 120 años de prisión.
El juez Alfredo Cárdenas Delgado será el encargado de dictar sentencia en un caso que ha generado gran controversia, no solo por la gravedad de los hechos, sino por el contexto de salud mental, violencia familiar y abandono en el que vivía Karla Fernanda.
De acuerdo con la defensa, cuatro especialistas de instituciones públicas han coincidido en que Karla es inimputable, es decir, que no comprende el delito que se le imputa ni sus consecuencias. Fue diagnosticada con trastorno del espectro autista, esquizofrenia, discapacidad intelectual y una edad mental de ocho años.
El abogado de la joven, Héctor Pérez, acusa a la Fiscalía de criminalizar a Karla por su discapacidad, sin ofrecerle un entorno adecuado ni apoyo especializado. De hecho, durante su tiempo en el penal ha intentado quitarse la vida en dos ocasiones, debido a las condiciones en las que se encuentra detenida.
“Karla necesitaba un entorno seguro, pero fue abandonada por su familia, por el Estado y por la sociedad”, declaró el defensor.
La Fiscalía insiste en que la defensa no ha demostrado su inimputabilidad, por lo que mantienen la solicitud de una medida de seguridad que equivale a cadena perpetua. Además, en el juicio hay dudas sobre la evidencia, ya que no existen testigos presenciales ni pruebas gráficas claras. Incluso, un perito aseguró que la declaración del tío de Karla antes de morir era imposible, ya que llevaba varias horas fallecido cuando fue encontrado.
El entorno de Karla ha sido complicado desde pequeña: creció en condiciones precarias, fue víctima de abuso sexual mientras estaba bajo custodia del DIF, y su familia no le dio el apoyo necesario para atender sus trastornos mentales. Esto, según los peritajes, pudo haber sido detonante para el trágico episodio del 2022.
Mientras tanto, Karla permanece detenida en el Reclusorio Sur, y en audiencias se ha mostrado desorientada, sin entender bien el proceso en su contra. Ella misma ha pedido ayuda para mejorar sus condiciones en prisión: “¡Que me dejen salir al patio!”, “¡Que ya no me peguen!”.
En todo momento ha estado acompañada por una facilitadora de derechos humanos que le ayuda a comunicarse, debido a sus dificultades cognitivas.
Este miércoles 9 de abril, el juez dará su veredicto. La defensa espera que se reconozca su condición médica y se le ofrezca tratamiento en lugar de castigo, con la posibilidad de una reintegración futura a la sociedad.