Un medicamento en fase experimental, conocido como mavoglurant, podría representar un avance importante en el tratamiento de las adicciones a la cocaína y el alcohol, al reducir de manera significativa su consumo en un estudio clínico reciente.
El fármaco actúa bloqueando el receptor cerebral mGluR5, relacionado con el sistema de recompensa y la conducta adictiva. Los resultados del ensayo clínico, liderado por el investigador Baltazar Gómez-Mancilla de la Universidad McGill (Canadá), revelaron que los pacientes que tomaron mavoglurant redujeron los días de consumo de cocaína, y muchos también disminuyeron su ingesta de alcohol, lo que apunta a mecanismos neurobiológicos compartidos entre ambas adicciones.
Durante 98 días, los participantes —adultos entre 18 y 57 años— recibieron mavoglurant o un placebo dos veces al día por vía oral. El seguimiento se hizo mediante autoinformes, pruebas de orina y análisis de cabello. Los efectos secundarios fueron leves (principalmente dolor de cabeza y mareos), y el 76% completó el tratamiento.
El estudio, sin embargo, tiene limitaciones: fue de corta duración, con una muestra pequeña y poco diversa, conformada en su mayoría por hombres blancos. Por ello, los científicos subrayan la necesidad de realizar ensayos más amplios y prolongados.
El investigador ecuatoriano Esteban Ortiz-Prado, director del grupo One Health, calificó el ensayo como “prometedor y bien diseñado”, destacando la urgencia de contar con tratamientos farmacológicos eficaces para la dependencia a la cocaína, una de las adicciones más difíciles de tratar. También señaló que si se aprueba, el costo será clave, ya que muchas personas afectadas pertenecen a sectores vulnerables.
Además de la Universidad McGill, participaron en el estudio los Institutos Novartis para la Investigación Biomédica, el Hospital del Mar y el Hospital Clínic de Barcelona, así como la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Aunque mavoglurant aún se encuentra en fase experimental, sus resultados iniciales ofrecen una esperanza realista para ampliar las opciones clínicas en la lucha contra las adicciones.