La tensión entre el Real Madrid y el estamento arbitral ha escalado a niveles inéditos en la antesala de la final de la Copa del Rey 2025, donde los Merengues enfrentarán al FC Barcelona. El club blanco considera inadmisibles las declaraciones realizadas por los árbitros designados para el partido, en especial las del encargado del VAR, González Fuertes, y ha sugerido que podrían no presentarse al encuentro si no se toman medidas.
A lo largo del día, la molestia en la cúpula merengue fue aumentando. En un inicio, el club no contemplaba presentar una queja formal, pero ante la reacción de sus aficionados en redes sociales, y con el paso de las horas, decidió exigir el cambio de los árbitros, argumentando una clara falta de imparcialidad.
“La persona que hace comentarios públicos contra el equipo al que va a juzgar no está en condiciones de dictar sentencia alguna”, fue el argumento central que expusieron directivos madridistas, quienes no asistieron al entrenamiento oficial ni a la rueda de prensa previa al encuentro en el Estadio de La Cartuja, en señal de protesta.
Comunicado oficial
La indignación del club se reflejó en un duro comunicado publicado la noche del viernes, en el que el Real Madrid denuncia una “clara y manifiesta animadversión” por parte del cuerpo arbitral:
“El Real Madrid considera inadmisibles las manifestaciones públicas realizadas hoy por los árbitros designados para la Final de la Copa del Rey… bajo un tono amenazante, aludiendo a la unidad de los árbitros para anunciar supuestas medidas o actuaciones que distan mucho de los principios de equidad, objetividad e imparcialidad.”
La RFEF no cede
Por su parte, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha dejado claro que no cambiará la designación arbitral, y espera que el partido se juegue conforme a lo previsto. Sin embargo, se mantiene la incertidumbre, ya que Florentino Pérez, presidente del club blanco, no tiene previsto llegar a Sevilla hasta la mañana del sábado, y la directiva sigue evaluando si presentarse o no al juego.
Aunque la postura oficial es aún ambigua, el ambiente en la capital andaluza está cargado de tensión, y la posibilidad de una final sin el Real Madrid sigue latente.