Una fuerte explosión sacudió el puerto Shahid Rajaee, el más importante de Irán, dejando al menos 70 personas sin vida y más de mil heridos. Las autoridades atribuyen el desastre a una grave negligencia en el manejo de materiales peligrosos.
El incidente ocurrió el sábado 26 de abril en Bandar Abbas, una zona estratégica cercana al estrecho de Ormuz, por donde circula gran parte del petróleo mundial. El ministro del Interior, Eskandar Momeni, señaló que ya se identificó a los presuntos responsables, y aseguró que no se siguieron las normas básicas de seguridad.
Luego de dos días de intensos trabajos, los bomberos lograron controlar casi por completo el fuego. La televisión estatal mostró imágenes de los equipos de rescate entre llamas y humo denso, mientras helicópteros continuaban ayudando desde el aire. El director de Protección Civil de Hormozgan, Mehrdad Hassanzadeh, informó que la mayoría de los heridos ya fue dada de alta.
Aunque aún no se confirma la causa exacta, autoridades de aduanas sospechan que el incendio comenzó en un almacén de productos químicos peligrosos. Videos difundidos en redes sociales muestran un pequeño incendio que, minutos después, se convierte en una enorme bola de fuego que obliga a trabajadores a correr para ponerse a salvo.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, visitó a los heridos en hospitales cercanos, mientras se decretaron días de luto tanto a nivel nacional como en la provincia afectada.
Por el momento, las autoridades tratan el caso como un accidente, aunque la situación ocurre en un contexto delicado: justo mientras delegaciones de Irán y Estados Unidos mantenían reuniones en Omán por el tema nuclear, y en medio de tensiones persistentes con Israel. En 2020, medios estadounidenses señalaron que el mismo puerto fue blanco de un ciberataque israelí.
Rusia, uno de los aliados de Irán, ya envió ayuda técnica para colaborar con los trabajos de recuperación.