Por Mario Candia
09/05/2025
MORENA Y EL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA En días recientes, el partido Morena, fundado bajo la promesa de regenerar la vida democrática del país, firmó un convenio de colaboración con el Partido Comunista de Cuba (PCC), la organización que ha monopolizado el poder en la isla caribeña desde 1965. La noticia, lejos de ser un gesto protocolario o meramente ideológico, revela una inclinación preocupante: la afinidad con modelos autoritarios de partido único.
PARTIDO UNICO El PCC no es un partido más. Es la columna vertebral de un régimen que no permite elecciones libres ni oposición legal, que controla todos los medios de comunicación, que reprime sistemáticamente a quienes se atreven a disentir, y que ha sostenido durante más de seis décadas un modelo político cerrado, autoritario y anquilosado. Desde su institucionalización por Fidel Castro, el partido ha fungido no como una fuerza democrática, sino como el custodio de un poder absoluto. Su legitimidad no se basa en el voto popular, sino en la supresión del mismo.
SIN CONTRAPESOS Por eso, que Morena elija formalizar vínculos con el PCC y no con partidos democráticos de países plurales es una decisión cargada de simbolismo. No se trata de un intercambio técnico ni de una colaboración cultural; es una alineación política con un modelo de control y censura. Un modelo donde no hay INE que incomode, ni INAI que moleste, ni prensa libre que cuestione, ni tribunales que detengan decretos unilaterales.
REFERENTES DEMOCRÁTICOS ¿Dónde están los convenios de Morena con partidos progresistas en democracias modernas? ¿Por qué no buscar aprendizaje político con las izquierdas que han sabido convivir con la pluralidad, como el Frente Amplio en Uruguay o el PSOE en España? La respuesta es inquietante: en el fondo, hay sectores del obradorismoque no le temen al autoritarismo, siempre y cuando lo ejerzan ellos mismos.
LA FIRMA La firma de este acuerdo ocurre en un contexto en el que la 4T ha insistido en centralizar poder, desmantelar contrapesos, reducir a su mínima expresión a los órganos autónomos y despreciar sistemáticamente a la prensa crítica. En ese espejo, el modelo cubano no representa una aberración, sino una aspiración velada.
LA TRAICIÓN El problema es que México no es Cuba. Aquí hay una historia de lucha democrática que costó décadas construir. Y hoy, que un partido surgido al amparo de esa historia busque inspiración y legitimación en una dictadura de partido único, no es sólo un desliz diplomático: es un acto de traición ideológica y democrática.
Ich.- La capital potosina fue sin duda la gran protagonista del Tianguis Turístico 2025, dicen quienes asistieron que el stand potosino lució con estrategia, inclusión y visión a largo plazo. En este segundo mandato como alcalde, Galindo y su equipo ya saben a lo que van. Tal parece que las alianzas con aerolíneas, operadores y el AIFA no son promesas, posicionar a San Luis en el mundo parece la meta, ambicioso sin duda.
Nos leemos hasta el lunes.