Las intensas lluvias que azotaron esta semana a Nigeria provocaron una tragedia en la ciudad de Mokwa, donde las autoridades reportan más de 150 personas fallecidas, 3 mil desplazadas y 265 casas totalmente destruidas, además de dos puentes colapsados.
Según informó la Agencia Estatal de Gestión de Emergencias del Estado de Níger, las lluvias torrenciales del miércoles y jueves causaron grandes estragos en esta región ubicada cerca del río Níger. Varios cuerpos fueron arrastrados por la corriente, dificultando los trabajos de rescate y aumentando la posibilidad de que la cifra de víctimas siga creciendo.
El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, comunicó que se han movilizado fuerzas de seguridad para apoyar las labores de rescate. También se están enviando materiales de ayuda y recursos para refugios temporales.
En la zona afectada, ubicada a más de 350 kilómetros de la capital Abuya, los caminos quedaron completamente inundados y muchas casas se derrumbaron. Los rescatistas continúan trabajando para encontrar a personas desaparecidas entre los escombros. Uno de los casos más impactantes es el de una familia de 12 integrantes, de la cual solo se han localizado a cuatro.
Mohammed Tanko, un funcionario de 29 años, contó a medios locales que su familia perdió al menos a 15 personas y que su hogar fue destruido por completo: “Lo perdimos todo”, lamentó.
Equipos de la Cruz Roja, el ejército, la policía y voluntarios siguen trabajando en las labores de rescate. La Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA) informó que al menos 78 personas han sido hospitalizadas y más de 5 mil han quedado sin hogar.
La temporada de lluvias apenas comienza en Nigeria, donde año con año las inundaciones causan cientos de muertes. Expertos advierten que el cambio climático, la mala infraestructura, el mal manejo de residuos y la construcción en zonas de riesgo han agravado la situación.
La Agencia Meteorológica de Nigeria ya había alertado sobre posibles inundaciones en 15 estados, incluido el estado de Níger. En 2024, más de mil 200 personas murieron y más de un millón fueron desplazadas por las lluvias, una de las peores crisis en décadas para el país africano.