Letras Económicas
Por José Claudio Ortiz
A veces creemos que las decisiones de los gobiernos extranjeros solo afectan a quienes aparecen en las noticias. Pero esta vez no es así. El reciente anuncio de Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, sobre duplicar los aranceles al acero y aluminio importado, pasando del 25% al 50%, tiene implicaciones reales para ti, para mí y para toda la economía mexicana.
Esta medida, que entró en vigor hoy 4 de junio de 2025, busca “proteger la industria estadounidense”, pero representa un golpe directo a México, que es uno de los mayores proveedores de estos metales para el vecino del norte. Solo en 2024, nuestras exportaciones de acero y aluminio hacia EE.UU. superaron los 15 mil millones de dólares. Así que sí, este cambio no es un pequeño ajuste; es un terremoto económico.
¿Qué busca realmente Estados Unidos? Trump ha dicho que esta política tiene el objetivo de fortalecer la industria local y generar más empleos en su país. Pero en la práctica, significa que las empresas estadounidenses tendrán que pagar más por el acero y aluminio mexicano, lo cual les resta incentivos para comprarnos.
Y si Estados Unidos compra menos, nuestras empresas venden menos. Así de simple.
¿Y esto en qué me afecta a mí? Si crees que esto es solo tema de empresarios o exportadores, piénsalo dos veces. El acero y el aluminio están presentes en una infinidad de productos que usamos todos los días, desde tu coche hasta esa lata de refresco que tomas con la comida.
Estos son algunos ejemplos concretos de cómo podrían afectarte los nuevos aranceles:
Automóviles y electrodomésticos más caros: Empresas como Nissan, General Motors o Mabe dependen de estos materiales. Si suben sus costos, te lo van a trasladar a ti en el precio final.
Construcción más costosa: Si tenías planes de construir o remodelar, prepárate. Las varillas, láminas y estructuras metálicas serán más caras.
Alimentos y bebidas en lata: Las latas de cerveza, atún, jugo o refresco también subirán. No por el contenido, sino por el envase.
Inflación al alza: El Banco de México ya anticipó que esta medida podría aumentar entre 0.5 y 1 punto porcentual la inflación. En términos sencillos: tu dinero rendirá menos.
Como referencia, en 2018 cuando Trump impuso aranceles del 25%, el precio de una simple lata de cerveza subió un 3%. Imagina ahora con un arancel del 50%.
¿Y el empleo? La industria del acero y el aluminio en México emplea directamente a más de 650 mil personas. Si las empresas exportan menos, podrían venir recortes de personal, pausas en contrataciones o incluso cierres parciales.
Además, muchas fábricas de autos y electrodomésticos —como Ford, Volkswagen o Whirlpool— fabrican en México para enviar sus productos a EE.UU. Con los nuevos aranceles, tendrán que evaluar si les sigue saliendo rentable operar desde aquí.
Esto afecta sobre todo a trabajadores jóvenes o con experiencia técnica, que suelen encontrar en la manufactura uno de los sectores con mejores salarios.
¿Hay salida? Aunque el panorama parece oscuro, no todo está perdido. Algunas empresas mexicanas ya están tomando cartas en el asunto:
Diversificación de mercados: México está intensificando relaciones comerciales con la Unión Europea, Sudamérica y Asia. Es decir, buscar nuevos clientes.
Innovación en materiales: Algunas armadoras están sustituyendo el acero por plásticos reciclados o fibra de carbono, que son más ligeros y no están sujetos a estos aranceles.
Impulso al mercado interno: Fortalecer el consumo nacional también es clave. Si las empresas no pueden vender afuera, pueden intentar vender más aquí.
Además, el gobierno mexicano trabaja en una estrategia conjunta con el sector privado para mitigar los efectos y mantener el empleo, aunque el margen de acción es limitado.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos? Primero, estar informados. A veces creemos que la economía internacional es algo lejano, pero decisiones como esta terminan afectando nuestro poder adquisitivo y estabilidad laboral.
Segundo, cuidar más que nunca nuestro presupuesto familiar. Si vienen alzas en productos esenciales, es momento de revisar nuestros hábitos de consumo.
Y tercero, apoyar lo hecho en México. Comprar productos nacionales ayuda a sostener empleos aquí y reduce nuestra dependencia de mercados externos.
En resumen: La subida al 50% de los aranceles por parte del gobierno estadounidense no es solo un asunto de diplomacia o comercio exterior. Es una medida que impactará directamente en el bolsillo de las familias mexicanas, pondrá en riesgo empleos y aumentará la presión inflacionaria.
Pero también puede ser un punto de inflexión. Una oportunidad para que México diversifique sus mercados, innove en sus procesos productivos y refuerce su economía interna.
No podemos evitar lo que ocurre más allá de nuestras fronteras, pero sí podemos prepararnos mejor para lo que viene. Y eso empieza por entender cómo nos afecta.
Espero que tengas un miércoles estupendo y te espero por aquí la próxima semana.
@jclaudioortiz

“TRUMP VUELVE A SUBIR LOS ARANCELES: ¿CÓMO AFECTA A TU BOLSILLO Y AL EMPLEO EN MÉXICO?”

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