Y el perfil del aspirante… ¿Dónde quedó? Nuevo examen de ingreso. UASLP-2025

Por: Aquiles Galán Solchaga

El nuevo examen de admisión de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) fue presentado como un avance hacia la igualdad de oportunidades. Un solo examen para todas las carreras, una guía centralizada, y un modelo más “justo” que dio lugar el viernes 4 de julio con la participación de 15 mil 755 aspirantes dejando atrás los exámenes por facultad.

Este año, miles de jóvenes se enfrentaron a un mismo examen sin importar la carrera a la que aspiraban entrar. Fueron 160 preguntas que, en criterio de la universidad, seria todo lo que un estudiante vio en bachillerato o preparatoria. En teoría, la evaluación se ajusta mediante “ponderaciones por carrera”, es decir, se toma en cuenta el peso de cada sección según el perfil deseado.

Varios estudiantes que presentaron el examen reportaron críticas en redes sociales directas a la estructura del nuevo examen generalizado, donde argumentaban que: el contenido del examen no reflejaba lo que se esperaba de sus carreras. Para aspirantes del área de ciencias sociales, por ejemplo, predominaban preguntas técnicas y matemáticas, mientras que áreas clave como comprensión lectora, lógica argumentativa o pensamiento crítico quedaron relegadas. A eso se sumó una denuncia recurrente: hubo preguntas que no venían en la guía oficial, incluyendo algunas sobre etimologías griegas —tema que, por cierto, ni siquiera se ve en el bachillerato general.

Esto abre una pregunta incómoda pero necesaria. ¿Este nuevo examen fue creado para igualar oportunidades o para una comodidad administrativa? Otras universidades públicas de alto nivel, como la UNAM, enfrentan este reto de forma distinta. En lugar de un examen único, aplican un examen según por áreas del

conocimiento:

*Físico-matemática e ingenierías.

*Biología y ciencias de la salud.

*Ciencias sociales.

*Humanidades y artes.A continuación, comparto una tabla comparativa de ambos modelos:

De esta forma, el proceso de selección no solo evalúa el conocimiento, sino que también respeta el perfil vocacional y formativo del aspirante.

La intención detrás del modelo de la UASLP parece ser positivo: igualdad de condiciones, transparencia y modernización. Pero la equidad real no está en dar lo mismo a todos, sino en reconocer las diferencias y evaluarlas con criterios pertinentes.Porque sí: brindar más oportunidades no significa bajar el nivel académico esperado, pero tampoco debería significar reemplazar la especialización por un esquema “unitalla” que a nadie le queda bien.

Y es aquí donde quiero enfatizar algo que muchas veces se olvida en las decisiones institucionales: Si la UASLP quiere perfiles de calidad, debería empezar por preguntarse si su examen realmente refleja lo que cada carrera necesita.

Es momento de repensar el modelo. Un proceso de admisión serio no puede construirse desde la comodidad de la estandarización, sino desde la responsabilidad de formar futuros profesionistas con sentido, vocación y preparación real. Proponer un examen por áreas no es dividir: es reconocer. Y eso, en educación superior, es el primer paso hacia la excelencia.

Ahora solo queda esperar los resultados de esta prueba, evaluar y retroalimentar los aciertos y errores en su implementación.

La universidad no solo debe abrir sus puertas: debe cuidar que quienes las crucen tengan las herramientas, la vocación, la formación y el nivel para aprovecharlas.

Bonito día…

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