El Radar
Por Jesús Aguilar
Hay obras que transforman ciudades. Y hay simulaciones que evidencian la podredumbre del poder. Tapadera de desfalcos y cadena de irresponsabilidades.
La Red Metro de San Luis Potosí, anunciada con bombo y platillo por el entonces gobernador Juan Manuel Carreras López y sus ex secretarios de Comunicaciones y Transportes, Ramiro Robledo, y de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas Leopoldo Stevens Amaro y “entregado” por el sucesor de Robledo, Fernando Chávez Méndez, es hoy el símbolo de un sexenio que se despidió dejando una estela de impunidad, deuda y cinismo.
La historia es escandalosa: en los últimos años del gobierno de Carreras se gestionó un crédito ante Banobras por más de 80 millones de pesos para construir un sistema de transporte masivo que revolucionaría la movilidad en la zona metropolitana. El proyecto fue vendido como un parteaguas en infraestructura urbana.
De hecho, lo inauguraron —sin funcionar— el último día del sexenio, como si el solo acto simbólico bastara para tapar el desastre.
La realidad fue otra: la Red Metro nunca operó, los recursos no fueron debidamente aplicados ni justificados, y hoy el actual gobierno tiene que responder por ese desfalco ante el banco federal.
Las palabras del secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, son claras: se recibió un préstamo específico, se simuló la obra, y ni un solo peso puede hoy ser comprobado de forma íntegra. Más grave aún, la administración actual podría verse obligada a reintegrar los más de 80 millones de pesos con todo e intereses, afectando seriamente las finanzas públicas del estado.
El titular de SEDUVOP en el Carrerato, Leopoldo Stevens Amaro fue el primero en “caer” después de esta farsa transexenal y en septiembre de 2022 fue detenido y procesado.
El compadre también del ex gobernador Marcelo de los Santos falleció en marzo de este año en resguardo domiciliario.
Y aquí conviene ser contundentes: la responsabilidad política y administrativa de este fraude no puede diluirse. Fernando Chávez Méndez, el sucesor de Robledo en la SCT, hoy Secretario General del Ayuntamiento de la capital potosina entregó la obra y cerró el sexenio de Carreras avalando la condición del proyecto. Sin embargo hasta ahora ha levantado las manos diciendo que no tuvo nada que ver con su planeación, ni en la monumental transa.
Sin embargo, la actual cargada de Banobras contra el estado, la deuda de una obra que no operó, y que queda para lan posteridad como el monumento a la impasible grisura de Carreras y su equipo, ponen a Chávez como pretexto-objetivo en la distancia de una guerra político-electoral adelantada entre el Gallardato y el Galindismo.
Chávez Méndez debería dar un paso al costado, buscar una defensa legal y política férrea y no ser la burda justificación de un acto legal o un embate político que va contra su actual jefe y amigo.
Pero no quitemos el foco, Juan Manuel Carreras es el responsable y no hay para dónde voltearse. Otra vez su principal operador Alejandro Leal Tovías ya purgó su penitencia y hoy se fotografía sonriente con los liderazgos verdes después de su entreguismo legislativo en el pasado congreso local.
Carreras, que llegó al poder cobijado por presuntos amarres con el propio Gallardismo y rodeado de traiciones, se va perfilando como uno de los peores gobernadores que ha tenido San Luis Potosí en términos de rendición de cuentas. La Red Metro fue apenas una de varias maniobras donde el dinero público se evaporó entre promesas sin cumplir y obras fantasmas.
Es irónico que mientras la actual administración presume que la Red Metro por fin opera y ha transportado a más de 12 millones de personas de forma gratuita, aún se sigan pagando los platos rotos del pasado. Y aunque se dice que “no se busca politizar el tema”, es imposible ignorar la carga política que representa destapar la cloaca que dejó la llamada “herencia maldita”.
¿Dónde está Juan Manuel Carreras? ¿Por qué no ha rendido cuentas ante la Fiscalía ni ha dado una sola explicación pública? ¿Hasta cuándo los exgobernadores seguirán siendo intocables? San Luis merece saber la verdad completa. Y merece justicia real.