POPOL VUH 189 

Por Mario Candia

7/08/25

EMPLEO La presidenta salió a proclamarlo como si hubiese derrotado al desempleo con su propio esfuerzo, con la frente en alto y el tuit en mayúsculas: “México rompe récord histórico de empleos formales: más de 23 millones de puestos registrados en el IMSS”. Un hecho “inédito”, dijo, con ese tono épico que suele reservarse para cuando se gana un mundial. Pero aquí no hubo goles, ni siquiera partido: hubo un decreto, un cambio administrativo, una jugada contable.

RECORD ¿Récord de empleo? Sí, pero de papel. Porque detrás de la cifra maquillada hay un truco de feria: 1.29 millones de nuevos empleos registrados de un plumazo, gracias a que el gobierno decidió incorporar a repartidores y choferes de plataformas digitales como trabajadores independientes formales… con una aplicación. Literalmente.

REALIDAD Es decir, se infló la estadística a fuerza de una regularización masiva que, sin ser negativa en sí misma, no representa la creación real de nuevos empleos ni garantiza condiciones laborales dignas. Muchos de estos trabajadores se conectan un par de horas al día para completar ingresos. ¿Eso cuenta como “empleo formal”? ¿Eso es un “récord”? Solo si contamos también como doctores a quienes ven tutoriales de primeros auxilios en TikTok.

LA PRECARIEDAD Este malabarismo estadístico es como si el gobierno decidiera registrar a todos los vendedores ambulantes del país, les asignara un número de seguridad social y luego saliera a proclamar, con bombo y platillo, el fin de la informalidad en México. Una fantasía burocrática que confunde formalización con transformación, y que convierte una operación administrativa en un acto de propaganda. Porque regularizar la precariedad no la vuelve digna; solo la institucionaliza.

HITÓRICO Y aún más tramposa es la palabra “histórico”. Porque sí, nunca antes hubo 23 millones de empleos registrados en el IMSS… pero también nunca antes hubo tanta población económicamente activa. La base crece año con año, por simple inercia demográfica. Comparar cifras absolutas sin ajustar por población o densidad laboral es como celebrar que hoy hay más mexicanos vivos que en 1980 y concluir que “vivimos mejor que nunca”.

ECONÓMICAMENTE ACTIVA Tampoco se dice que en realidad, la población económicamente activa ha caído ligeramente este año —sí, cayó— y que buena parte del empleo real sigue en la informalidad, con más de 30 millones de trabajadores sin contrato, sin prestaciones y sin derechos laborales básicos.

NARRATIVA Lo de Sheinbaum no es un récord, es una estampa de utilería: una simulación estadística usada para sostener el mito de la prosperidad en plena campaña de legitimación posAMLO. Porque en la narrativa de la Cuarta Transformación, toda cifra debe ser buena, todo número es victoria, y si no cuadra… se cuadra.

ESPEJISMO Pero por más que lo repitan, el empleo no se genera por decreto. La gente no vive mejor por estar en un registro digital. Y el verdadero “récord” del México de hoy no está en las oficinas del IMSS, sino en los bolsillos vacíos de millones que tienen que repartir comida en moto, vender en la calle o manejar turnos interminables para apenas sobrevivir. No, presidenta. No es un récord. Es un espejismo. Y los espejismos, por definición, desaparecen cuando uno se acerca demasiado.

Hasta mañana.

Compartir ésta nota:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp