Por Mario Candia
22/09/25
40 ANIVERSARIO En 1985 la Universidad Autónoma de San Luis Potosí abrió las puertas de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Fue respuesta a la necesidad de profesionalizar un oficio que hasta entonces se ejercía casi siempre de manera empírica. Aquella primera generación, alojada en las Cajas Reales, no sospechaba que cuatro décadas después el oficio de comunicar estaría amenazado, no por la censura de siempre, sino por la banalización del mensaje y por la irrupción de la inteligencia artificial. Hoy, al cumplirse cuarenta años de historia, la Facultad de Ciencias de la Comunicación se mira en el espejo de su propio legado y enfrenta el desafío de reinventarse.
RECONOCIMIENTO El camino no ha sido menor: de escuela modesta con treinta estudiantes a Facultad reconocida, con posgrados y vínculos con la sociedad. En el presente, la dirección de Adriana del Socorro Ochoa —periodista potosina y egresada— encarna esa continuidad entre tradición y futuro. Bajo su gestión, la conmemoración del aniversario no fue simple festejo: se convirtió en un llamado a pensar hacia dónde se dirige la comunicación como profesión y como disciplina universitaria.
FUTURO Ese llamado dialoga con una crítica que debería seguir retumbando en la conciencia de toda la comunidad universitaria. En su toma de protesta para un segundo periodo como rector, Alejandro Javier Zermeño fue contundente: las universidades arrastran “vicios y lo anquilosado de las currículas”, incapaces de responder con dinamismo a un mundo en transformación. Palabras que debieron cimbrar a toda la UASLP, pero que, como suele ocurrir en la academia, se diluyeron en la rutina de consejos técnicos y reformas tibias.
RETOS El caso de Comunicación no es la excepción. Si bien se han incorporado asignaturas de fotografía digital, de producción audiovisual o de nuevas tecnologías, la pregunta sigue siendo si estamos preparando a los futuros comunicadores para un entorno donde el algoritmo dicta tendencias y la inteligencia artificial puede redactar notas, editar videos o incluso generar voces y rostros sintéticos. ¿De qué sirve un plan de estudios que no enfrente de lleno estas realidades?
EL MENSAJE Marshall McLuhan advirtió que el medio es el mensaje. Nunca fue más cierto que ahora: la forma en que circula la información transforma el contenido mismo y moldea la conciencia social. Hoy los medios son redes sociales gobernadas por corporaciones globales, plataformas de video cortísimo, inteligencias artificiales generativas. Si el medio ya cambió, el mensaje —y quienes lo producen— no pueden seguir atados a currículas de hace treinta años.
DEFENDER LA VERDAD La Facultad cumple cuarenta años. El festejo es justo. Pero más allá de diplomas y reconocimientos, el verdadero aniversario será cuando egresados, estudiantes y autoridades comprendan que comunicar no es sólo narrar noticias o crear contenidos: es formar ciudadanía, disputar sentido, defender la verdad. Y si el rector tiene razón, es momento de desterrar los vicios y reinventar las aulas, antes de que sea demasiado tarde y el medio —esta vez la inteligencia artificial— termine devorándose al mensaje.
Hasta mañana.