Mientras México se prepara para discutir una reforma que reduzca la jornada laboral a 40 horas semanales sin afectar el salario, en países como Rusia esta medida ha sido una realidad desde hace décadas, acompañada de 28 días de vacaciones pagadas a partir de los primeros seis meses de trabajo.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó el pasado 14 de octubre que su gobierno alcanzó un acuerdo con el sector empresarial y sindical para avanzar en la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, manteniendo los ingresos de los trabajadores.
Durante su conferencia matutina, la mandataria detalló que la propuesta será presentada en noviembre de 2025 por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), encabezada por Marath Bolaños López.
“Ya se llegó a un acuerdo y en noviembre Marath estaría presentando la propuesta”, señaló Sheinbaum, quien subrayó que el objetivo es mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal sin comprometer el poder adquisitivo de los empleados.
“Nuestra idea es que avance a 40 horas, pero que siga aumentando el salario; que no sea una por la otra”, puntualizó.
La iniciativa contempla una modificación al Artículo 123 Constitucional y varios apartados de la Ley Federal del Trabajo, para establecer que la jornada máxima sea de 40 horas por semana o 8 horas diarias, en lugar de las 48 actuales.
El proyecto, respaldado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), busca reducir los accidentes laborales, mejorar la productividad y fortalecer la salud mental de los empleados.
En contraste, países como Rusia no solo prohíben exceder las 40 horas semanales, sino que además otorgan 28 días de vacaciones anuales pagadas, un beneficio que aplica desde hace más de medio siglo y que se amplía en casos de antigüedad o trabajos de alto riesgo.