Bailes, lágrimas y fe: el último adiós a Tiffany, víctima 32 del siniestro en Iztapalapa

El cuerpo de Tiffany Odette Cano, una joven de 17 años que perdió la vida tras la explosión de una pipa de gas LP en Iztapalapa, será sepultado este jueves 23 de octubre en Nezahualcóyotl, Estado de México. Su madre, Evelyn, la despidió con lágrimas, música y palabras llenas de amor: “que se vaya tranquila, hizo lo que pudo. Sabemos que no se quería ir, pero Dios se la llevó allá con su papá”.

Durante el velorio, la música ranchera y los sollozos se mezclaban al fondo de la calle Clavel, en la colonia Xalpa. Detrás de un portón gris, familiares y amigos se reunieron para despedir a la joven, quien se convirtió en la víctima número 32 de la tragedia ocurrida en el Puente de La Concordia. Tiffany murió después de 46 días hospitalizada en el Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, donde fue atendida por quemaduras de tercer grado.

A unos metros del féretro cubierto con flores y globos blancos, su madre recordaba el día que cambió sus vidas. El 10 de septiembre, Tiffany salió con su padre, Misael Cano Rodríguez, trabajador de limpia de la alcaldía Iztapalapa, y con su bebé, Isaí Santiago, de apenas 18 meses, para comprarle un pantalón. Momentos después, el estallido los alcanzó. Misael murió ese mismo día, mientras que el pequeño continúa hospitalizado.

“Siempre estábamos juntas”, contó Evelyn, con voz entrecortada. “Salíamos al tianguis, al mercado, a la tienda… y a ella le encantaba la música de banda, los corridos, el baile charro. Era muy alegre”. Por esa razón, en el altar colocaron una fotografía donde aparece vestida con un traje de charras, uno de los que solía usar cuando bailaba con los grupos que la invitaban constantemente.

Al caer la tarde, la calle se llenó de trompetas, clarinetes y aplausos. Un grupo de bailarinas realizó un bailable frente al ataúd de Tiffany, como homenaje a la joven que soñaba con seguir estudiando. “La debemos despedir como era ella: una niña alegre”, gritó una de las danzantes mientras el público lloraba y aplaudía.

Entre las canciones que sonaron durante el velorio estuvo “Un rinconcito en el cielo”, que la madre de Tiffany interpretó frente al féretro, antes de romper nuevamente en llanto. También sonó una melodía que decía: “Yo soy como las gaviotas, volando de puerto en puerto…”, frase que provocó el silencio y las lágrimas de los presentes.

Evelyn agradeció el apoyo de las personas que acompañaron a su hija durante su hospitalización. “Ha sido muy querida”, dijo con gratitud, mirando hacia el cielo. Tiffany partió, pero dejó su sonrisa, su fuerza y su amor por el baile en quienes la conocieron.

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