CALAVERAS 2025

EL Radar

Por Jesús Aguilar

Ricardo Gallardo


Lo del Pollo fue tremendo, pese a su ardor fogoso,
ya se asomaba su tumba en el camposanto de Pozos.
Quiso venderle a la muerte la promesa de la Feria,
pero la huesuda, seria, le aplicó su anestesia.
“Te quedas en la oficina —dijo ella sin emoción—,
espectro en Palacio serás mirando ahijados desde el balcón.

Enrique Galindo

El alcalde, muy ufano, celebró su reelección,
cuando apareció la flaca

y le cambió la percepción.
“Con tanto de dónde agarrar, ya no te dejo más tiempo:
guarda maletas, entrega Interapas y te me vas en silencio.”
“Te vas—dijo la calaca— rumbo al limbo de los grillos,
donde te esperan impugnaciones y los eternos silbidos”

Ruth González Silva


Sentadita en su curul, posaba Ruth pa´sus fotos,
soñaba con gobernar gracias a los verdes votos.
Como no sabía de grilla, dejó entrar a una extraña,
que traía larga guadaña y la sonrisa que engaña.
“La flaca del otro palacio te mandó decir sin prisa,
por andar de confiadita: tu llegada era imprecisa.

Me tendrás que acompañar, a que te griten madrina,

los espectros del panteón y una momia que camina.”

Fabián Espinosa Díaz de León.


Fabián el ex diputado volvió a conseguir el foco,
pero nunca corrigió y su palabra sirvió poco.
Se peleó con Juan Ramiro y quiso agandallarse a la autónoma,
más los tiros de Astrolabio que sus planes incomodan.
Ardido en la Fiscalía, amenazando sin calma,
la flaca esperó su turno y le partió en 2 el alma.

Ahora anda queriendo grillar a la mismísima muerte,

“Solo que al entrar a mi aro, ya no te quedaron dientes.”

Gerardo Zapata


Con gesto adusto Gerardo contenía los prontos del Pollo,
que en entrevistas daba dardos si alguién cuestionaba su apoyo.
Creyó que por sus servicios le daban curul sin contienda,
pero la huesuda llegó con mil facturas y agenda.
“Por pagar medios fantasmas vivirás en desamparo,
“te toca cuidar mil almas en y lidiar con Chino Alfaro”

Miguel Maya Romero


Sus enemigos le plantaron trampas en el camino,
mas al final fueron ellos los que quedaron en vilo.
Muy orondo andaba Maya, con su Antena y Astrolabio,
cuando La Flaca mandó un infarto en desagravio.
Ya en delirios alcanzó a pedirle con premura:

“Pinten mi caja de negro, seguirán mis travesuras,

aunque me quiten la vida, las columnas si perduran”.

Rector Zermeño

Después de mucho relajo que se hizo allá por la Uni,

estaba tranquilo Zermeño,

esperando cobrar saldos

que el gobierno por fin pone.

Cuando en horas de aparente calma en el edificio central,

se escucharon a dos voces que hablaban de su final.

La muerte estaba sentada con su secretario general,

negociando su partida al reino del más allá .

Movió su cabeza y bigote el afamado oculista,

pensando pa` sus adentros…

“Debí haber oído a tiempo a todos los columnistas,

ahora no hay con qué me zafe del mentado Garza Herrera…

En el colmo de mi oficio, muero de pura ceguera “.

Nacho Segura


Nacho, el capitán verde, paseaba estrella y fortuna,
perdió el Senado ganando, la plaza más oportuna.
Recorrió las 4 regiones, contaba votos a mano,
soñaba en el veintisiete logrando un triunfo liviano.
Cuando llegaba a Aquismón lo paran de sopetón:
la huesuda pidió permiso y le mandó al corralón.

Le dijo: “Nachito prometiste de afiliados un millón,

Pero se pasaron de Verde y cobraré su papelón.”

Guadalupe Torres


Guadalupe muy sonriente hablaba con gran soltura

de los logros de Gallardo y su papel sin ornato,
a pesar de las presiones que no le salían barato.
Cuando creyó que tenía ya la boleta asegurada,
tocaron su puerta fuerte era la Flaca trajeada.
La dama de negro avisó, que venía por Guadalupe:
“Ni con la milicia”, sonrió, “ya no habrá qué te preocupe”.

Rita Ozalia


Dirigente del guinda estandarte y del partido que presume cambio,
creyó que su mandato duraría mientras el pueblo guardara el bando.
Firmó acuerdos, rompió coaliciones, tejió redes y estructuras,
pero la huesuda, impaciente, ya observaba sus costuras.
“Tu silla ya cruje Rita”, le dijo la flaca ondeando su pergamino,
“y en vez de militantes tendrás fantasmas en tu destino”.

Rita le contestó ruda: “Contigo no puedo pelear, pero que no te quede duda,

El el Palacio de Cobián todavía me queda ayuda.”

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