El asesinato de Jorge Eduardo Dávila Ramírez provocó una fuerte conmoción entre estudiantes, docentes y trabajadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quienes lo recordaron como un joven alegre, dedicado y con grandes metas por cumplir. En redes sociales, varias personas compartieron fotos y mensajes en su memoria, destacando que tenía un enorme compromiso con su formación profesional y un gran corazón.
La noche del viernes 7 de noviembre marcó un punto de indignación para la comunidad universitaria. En esa fecha, Jorge Eduardo fue atacado por presuntos delincuentes que intentaron robarle su vehículo en una zona cercana al Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto”, un punto recurrentemente señalado por estudiantes por su falta de vigilancia y mala iluminación, a pesar de estar muy cerca de la Zona Universitaria Poniente.
Quienes convivieron con él coinciden en que siempre estaba dispuesto a ayudar. Compañeros y maestros lo describen como un alumno responsable y entusiasta, que destacaba tanto por su trato humano como por su disciplina en cada actividad académica. “Siempre era de los primeros en ofrecerse para apoyar a los pacientes o a sus compañeros”, recordó uno de sus amigos.
Jorge Eduardo tenía 23 años y se encontraba realizando su servicio social en la Facultad de Estomatología. Formaba parte del área de Cirugía Maxilofacial, donde participaba activamente en diferentes proyectos clínicos. Su vocación por la salud bucodental y su actitud de servicio lo habían convertido en un referente positivo dentro de su generación.
Hoy, su nombre resuena no solo como el de un estudiante ejemplar, sino como el de un hijo, un amigo y un joven con un futuro brillante que fue truncado por la violencia.
