Un nuevo hallazgo astronómico en torno al objeto interestelar 3I Atlas ha vuelto a poner en debate la hipótesis del profesor de Harvard, Abraham “Avi” Loeb, quien sostiene que este cuerpo celeste podría no ser un cometa natural, sino una nave tecnológica de origen extraterrestre.
El telescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica, detectó recientemente una señal de radio inusual proveniente del 3I Atlas, lo que marcó la primera detección de este tipo en el objeto. El descubrimiento fue encabezado por el científico D.J. Pisano y su equipo, quienes informaron que la señal corresponde a una absorción de radio de radicales hidroxilo (moléculas OH).
Según el análisis, las señales fueron detectadas en las frecuencias 1.665 y 1.667 gigahertz, y mostraron desplazamientos Doppler de aproximadamente -15.6 km/s, lo que indica una velocidad relativa de emisión. La temperatura estimada en la superficie del cometa ronda los 230 grados Kelvin, generando una ampliación térmica de las líneas espectrales de unos 0.8 km/s.
Loeb, quien dirige el Proyecto Galileo y el Instituto de Teoría y Computación del Centro de Astrofísica de Harvard, destacó que esta observación confirma una predicción que él mismo había hecho semanas antes, cuando sugirió buscar señales de radio en el 3I Atlas debido a su coincidencia direccional con la famosa “señal Wow!”, registrada en 1977, con una diferencia de apenas nueve grados.
El hallazgo, aunque con explicación científica preliminar, ha reavivado el interés en la teoría de Loeb, quien ha sido un defensor de la posibilidad de que ciertos objetos interestelares, como ‘Oumuamua y ahora 3I Atlas, sean restos o sondas tecnológicas de civilizaciones no humanas.
Por ahora, la comunidad científica se mantiene cautelosa. Aunque las señales de radio podrían tener un origen natural —como interacciones químicas comunes en cometas—, el fenómeno sigue sin una explicación concluyente, manteniendo vivo uno de los debates más intrigantes de la astronomía moderna.