La Selección Mexicana terminó el 2025 con un nuevo tropiezo. El Tri cayó 1-2 ante Paraguay en su último partido del año, en un duelo marcado por los abucheos, el regreso del grito prohibido y una racha negativa que ya preocupa rumbo al Mundial 2026. La gestión de Javier Aguirre sigue dejando dudas entre la afición.
El partido comenzó con tensión desde temprano. Al minuto 16, el auxiliar técnico paraguayo Carlos González fue expulsado por insultar al árbitro Joseph Dickerson. Pese a ello, México no logró imponer condiciones.
Paraguay abrió el marcador gracias a Antonio Sanabria, cuyo disparo venció a Luis Ángel Malagón. La jugada fue revisada por el VAR, pero finalmente el árbitro confirmó el 0-1, lo que enfrió el ambiente dominado mayoritariamente por aficionados mexicanos.
El Tri logró reaccionar en la segunda mitad: una fuerte falta sobre Orbelín Pineda dentro del área derivó en un penal que Raúl Jiménez convirtió al minuto 53, sumando su gol número 45 con la Selección Nacional. Sin embargo, la respuesta al empate fue inmediata. Apenas dos minutos después, un bote complicado terminó en un error de Malagón, quien dejó el balón a merced de Damián Bobadilla para el 1-2 definitivo al 55’.
Entre los cambios del complemento, Armando “Hormiga” González hizo su debut con la Selección Mayor, ingresando por Gilberto Mora. El momento especial quedó opacado por el resultado adverso y por la creciente tensión en las tribunas.
A la altura del minuto 83, el grito prohibido estalló en el estadio. El árbitro activó el protocolo y detuvo momentáneamente el partido, mientras los abucheos hacia el equipo —especialmente hacia Malagón— continuaron hasta el silbatazo final.
Con este resultado, México cerró el año con seis partidos sin victoria: empates ante Japón (0-0), Corea del Sur (2-2), Ecuador (1-1) y Uruguay (0-0), además de la goleada contra Colombia (0-4) y ahora la caída frente a Paraguay. La Selección no volverá a la actividad hasta enero, cuando buscará romper una racha que la tiene en un momento crítico y con una afición cada vez más impaciente.