El gobierno de Nicolás Maduro respondió con fuerza luego de que Estados Unidos clasificó al llamado Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera. En un comunicado oficial, Caracas aseguró que dicho cártel “no existe” y que la acusación es una “invención ridícula” usada por Washington para justificar una posible intervención en Venezuela.
Esta reacción del régimen venezolano llega mientras la administración de Donald Trump mantiene una campaña militar y política que incluye presencia naval en el Mar Caribe, ataques a embarcaciones señaladas por narcotráfico y crecientes presiones para desplazar a Maduro del poder. Aunque no lo ha reconocido como presidente legítimo, Trump ha dejado abierta la posibilidad de dialogar con él, pero también ha reiterado que “nada está descartado” en cuanto a acciones militares.
El término Cártel de los Soles tiene décadas circulando en Venezuela. Comenzó en los años noventa como una manera de señalar a altos mandos militares que presuntamente se enriquecían con el narcotráfico. Con el tiempo, y a medida que la corrupción se expandió bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el uso del concepto se extendió hacia policías, funcionarios públicos e incluso actividades como la minería ilegal y el tráfico de combustible. Los “soles” hacen referencia a las insignias en los uniformes militares.
La etiqueta tomó otro nivel en 2020, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó directamente a Maduro y a varios de sus más cercanos colaboradores de narcoterrorismo. Según la acusación, el gobierno venezolano habría colaborado durante años con rebeldes colombianos y miembros del ejército para enviar grandes cantidades de cocaína hacia Estados Unidos. En su momento, el Departamento de Justicia ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que permitiera capturar al mandatario.
Sin embargo, especialistas aseguran que no existe un cártel organizado como tal. Adam Isaacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, sostiene que el Cártel de los Soles no funciona como una estructura criminal tradicional: “No es un grupo con reuniones, jerarquías o miembros que se identifiquen como parte de él”.
La designación publicada en el Registro Federal forma parte de una estrategia más amplia del gobierno de Trump. Desde febrero, la administración ha ampliado el uso de la etiqueta de terrorismo hacia organizaciones criminales latinoamericanas para justificar acciones militares contra embarcaciones y supuestas redes ligadas al narcotráfico y al tráfico de personas. No obstante, Estados Unidos rara vez identifica públicamente cuáles son esas organizaciones o presenta pruebas concretas.
Dentro de Washington, funcionarios cercanos a Trump consideran que el gobierno de Maduro no puede sostenerse mucho más tiempo. De acuerdo con un alto funcionario, el presidente estadounidense ha recibido reportes de inteligencia que aseguran que la cúpula venezolana muestra señales de preocupación ante los ataques militares. Maduro, por su parte, ha intentado establecer contacto a través de intermediarios, pero Trump no ha autorizado ninguna comunicación formal.
En Venezuela, la oposición apoyada por Estados Unidos ha visto en estas acciones una oportunidad para insistir en la salida del mandatario, quien se mantiene en su tercer mandato pese a acusaciones de fraude y violaciones a derechos humanos, especialmente después de las elecciones de 2024. Según la oposición, existieron pruebas de que su candidato ganó por un amplio margen, pero el gobierno declaró victorioso a Maduro.
Otra de las acusaciones recientes señala que el Cártel de los Soles habría brindado apoyo a organizaciones criminales como el Tren de Aragua y el cártel de Sinaloa, ambos designados también como organizaciones terroristas por Estados Unidos. El Departamento del Tesoro ya había sancionado a altos funcionarios venezolanos por supuestamente usar el poder del Estado para facilitar operaciones de narcotráfico.
Aunque Maduro insiste en que Estados Unidos construye “una narrativa falsa” para presionarlo, Washington asegura que sus medidas buscan frenar el flujo de drogas. Los funcionarios estadounidenses afirman que las operaciones militares se iniciaron frente a las costas venezolanas y se expandieron al Pacífico oriental, aunque sus reportes no suelen incluir detalles verificables.
Aun así, la discusión sobre si realmente existe o no el cártel continúa. Mientras Estados Unidos asegura que la red es un aparato criminal dirigido desde el gobierno venezolano, Caracas insiste en que todo es un plan para justificar una intervención y debilitar al liderazgo chavista.